Terrorismo
«Memorias»
Las víctimas son las que hablan del terror. Y esas imágenes son las que hacen que el resto, además de sobrecogerse, se levante y actúe
Recordar la realidad terrorífica, dantesca y abominable, es necesario por la memoria de las víctimas y para que no se repita. Condenar con rotundidad los actos terroristas, o cualquier otra injusticia, es básico para la buena salud de nuestro estado de derecho.
Esta semana hemos recordado el horror de aquel 17 de agosto de 2017. 15 personas fueron asesinadas. No olvidamos aquellos cuerpos atropellados y masacrados en las pulcras Ramblas de Barcelona, que por cierto quisieron silenciar. Las víctimas son las que hablan del terror. Y esas imágenes son las que hacen que el resto, además de sobrecogerse, se levante y actúe. Son las que nos mueven a donar sangre, a solidarizarnos con un colectivo trágicamente amplio en nuestro país, a decir basta, a condenar la violencia, a unirnos contra el terror. Los gritos de sectores independentistas que siguen cuestionando las investigaciones y responsabilidades en los atentados, impidieron escuchar el inicio del mensaje leído por una joven representante de las víctimas. Se siguen quejando del «trato nulo» hacia las víctimas de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils (Tarragona).
Y precisamente fue en el año 2017 cuando se proclamó el próximo 21 de agosto como el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo para honrar, recordar y rendir homenaje a las víctimas del terrorismo y promover sus derechos humanos y libertades fundamentales.
La campaña «Memorias», lanzada por la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT) difunde películas y fotografías que cuentan las historias de víctimas del terrorismo de todo el mundo. Este domingo un evento virtual contará con los testimonios de cuatro víctimas del terrorismo de Marruecos, Indonesia, Noruega y Uganda. El objetivo es transmitir fuerza y aliento a través de las palabras de otras víctimas, porque es más importante que sepamos que no estamos solas, que tememos apoyo, que somos reconocidas, que la sociedad empatiza con nuestro dolor y no olvida.