Barcelona
Najwa Nimri: «Lo único que he ganado es no tener que explicarme»
Publica su sexto disco en solitario, «Rat Race», pensado para bailar
Junto a Virgili Jubero ha creado a la protagonista del disco, la mujer de la foto y la que protagoniza el videoclip.
Cuida la imagen al milímetro. Junto a Virgili Jubero ha creado a la protagonista del disco, la mujer de la foto y la que protagoniza el videoclip. «Es una especie de David Lynch castizo. Una invasora de Mars Attacks lúdica y cómica, tanto, que incluso la gente piensa que me he operado mal la cara». Pues la cara no se la ha operado. Y el que quiera ver su cuerpo, sale «en pe-lo-ta pi-ca-da» en la portada de «Interviú». A eso llegamos luego, primero, el disco que acaba de editar, «Rat Race», producido por Didi Gutman y Matías Eisen y que presenta en Madrid (14 de marzo) y Barcelona (15).
-¿La imagen se filtra a la música?
-La portada es oscura, pero creo que las canciones son más coloristas. Como si fuera porno de los sesenta.
-Es un disco más hedonista, desde luego.
-Se trata de la historia de una mujer que llega arramplando con todo. No queríamos hacer nada al uso. Y está funcionando, extrañamente. He hecho discos con mucho presupuesto que me han gustado menos, así que más vale que en el proceso te lo pases bien. Diez discos no los haces con un objetivo. Si estás toda la vida haciendo música no es porque quieres llegar a un sitio, sino porque es lo que haces. Nadie está en un lugar tanto tiempo si no es su oficio. Eso ya no lo tengo que explicar, es lo único que he ganado: no tener que explicarme, y eso me parece suficiente.
-¿Le perjudicó su faceta de actriz?
-Me ha perjudicado en que me hice muy conocida con «Los amantes del Cïrculo Polar», «Abre los ojos» y «Lucía y el sexo», pero yo me dedicaba a la música. No me vi capaz de ser conocida. No lo asimilé bien. Y decidí recluirme y no exponerme, así que no aproveché el momento como supuestamente hay que hacerlo.
-¿Lo suyo era sólo la música?
-Era un refugio. Yo no quería estar expuesta en el cine, tener que hacer entrevistas, y, en cambio, con la música, que era lo único mío, tenía que explicarme. Prefería componer en el estudio, recluida, y me pasé muchos años sin tocar en directo. Muchos. Así que no pasó nada con «No Blood» o «Carefully»... los primeros discos no los toqué en directo jamás. Siete álbumes sin tocar.
-¿Y ahora cómo se siente en el directo?
-Me he hecho mayor. Ya no me da miedo, por suerte.
-¿Una actriz con miedo escénico?
-Pánico. El cine salió muy rápido, justo al terminar la escuela de interpretación, todo rodado. No me tuve que buscar la vida.
-Entonces...
-Bueno, lo que pasó es que la carrera de cine tapó la musical. ¿Me ha venido bien o mal? No me ha venido bien.
-¿Ya no se defiende por hacer discos?
-No, pero en este país eso cuesta mucho ganárselo, el sitio.
-¿Y cómo se gestó «Rat Race»?
-De la forma más lúdica que puedas imaginar. Hacía teatro todos los días de la semana. Mucho desgaste, un «Gran Hermano» con poco sueldo. E improvisamos sobre canciones que ya tenía escritas en inglés.
-Tiene momentos de «dance» y otros más industriales.
-Sí, mi alma es más industrial, la de Didi es el baile. Me tuve que quitar la oscuridad y el bajón, porque me gusta sacarlo al escribir pero luego odio cantarlo. Y sin miedo a que sonara a los noventa, con líneas para refrescar y pocos elementos. Este disco surge de la necesidad de pasárselo bien, no de buscarme a mí misma. Estamos en un momento en que ser lúdico es vital.
-¿Qué emociones buscaban?
-Busco más sensaciones que emociones. No me gustan los cantantes que me remueven. Cuando escucho a The Cure, no tiene que ver con arrancarme el corazón, se ríe de sí mismo. Por eso no me enganché nunca a Bob Dylan, ni a Chavela, porque me llevan a la tierra, a escudriñarme el corazón, me da pena. No me apetece escuchar un disco para eso, necesito música para seguir caminando, y por eso la electrónica. Tiene un sentido cantar en horizontal, no hacer modulación. Crear una sensación donde puedas imaginar lo que te gusta y lo que no. Ya hay muchos que van al corazón de la gente y venden mogollón.
-No le interesa el protagonismo...
-Es que es una responsabilidad gigante. Me gusta estar recluida. A eso le llaman «halo de misterio», y es sólo que no te expones tanto. Luego voy y me expongo si lo veo de una manera natural. Si estoy preparada. Acabo de posar en «Interviú» porque llevaba todo el verano en pelota picada haciendo las fotos del disco y me llamaron para la portada. Cobrando. Con mi fotógrafo y nosotros solos. Nos daban todo el poder. Hago lo mío, pero cobrando. Todo ha sido broma tras broma, y nos está llevando a un sitio que está medio bien.