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Fórmula Uno
Fernando Alonso, del gato a las tuercas
El error del mecánico en Yeda no es el primero ni será el último que ha sufrido el bicampeón del mundo. El nivel de exigencia y tensión que reclama el asturiano busca mantener en alerta a todos los que trabajan con él
Fernando Alonso es el piloto más veterano en la parrilla de salida de la Fórmula Uno. Lleva ya 20 temporadas y en este tiempo ha visto de todo… Lo que le ocurrió en el Gran Premio de Arabia Saudí, cuando uno de sus mecánicos cometió un error con el gato que pudo costarle el tercer puesto, no era el primer inconveniente ni será el último. El éxito en la F-1 está en el mínimo detalle y, aunque el coche corra y sea competitivo, un error de esta magnitud puede arruinar el esfuerzo de toda una escudería. Bien lo sabe Alonso.
Hace 18 años, una tuerca mal apretada por un mecánico de Renault le obligó a abandonar en Hungría cuando había hecho una remontada épica bajo la lluvia y luchaba por el campeonato del mundo. Aquella tuerca abrió portadas de periódicos de todo el mundo y en España no fueron pocos los que aquellos días pasaron por el taller para revisar la sujeción de las tuercas de los neumáticos de sus propios coches. Alonso logró su primer título apenas dos meses después.
Lo peor es que en 2009, también en Renault y en el mismo circuito, la escudería volvió a cometer el mismo fallo. Por aquel entonces el español no peleaba por el título y ya iba encaminado a Ferrari. Fue precisamente en la «Scuderia» italiana donde vivió uno de los mayores errores que un equipo puede cometer. Fue en 2010 después de una temporada intensa con un coche que no era superior a Red Bull. Alonso llegó al último asalto de la temporada, Abu Dabi, con una clara ventaja sobre su más inmediato perseguidor, que no era otro que Mark Webber. Tanto Red Bull como Ferrari se la liaron a Webber y a Alonso y, al final, el beneficiado fue Sebastian Vettel, que conquistó su primera corona. Aquel error estratégico de Ferrari fue muy grave y le costó el puesto al responsable en aquel momento, Chris Dyer, que era alguien que venía de ganar cinco títulos con Michael Schumacher y otro más con Kimi Raikkonen, precisamente arrebatado al propio Fernando Alonso cuando sus luchas internas con Hamilton en McLaren terminaron por regalar un campeonato que tenía en el bolsillo.
Pero en Ferrari ocurrieron más contratiempos. Una vez el equipo le colocó, en unos entrenamientos libres, tres neumáticos nuevos y otro usado, algo que cualquiera de los mortales casi no se daría cuenta, pero sí en el caso de ser Fernando Alonso. Tiene tanta sensibilidad que un día, en sus comienzos, fue capaz de averiguar (entre cuatro opciones) qué presión tenía cada rueda en un coche convencional en el circuito del Jarama.
Otra vez lo sacaron a pista con la batería del sistema Kers descargada, algo que el propio Alonso se encargó de denunciar a través de la radio. Eran las primeras veces que estas comunicaciones salían en la realización televisiva y el equipo quedó en evidencia. Por no hablar de todo lo vivido por Fernando Alonso en el seno del equipo McLaren en su última etapa motorizado por Honda.
No hay que olvidar que, en una jornada de pretemporada en Barcelona, Alonso sufrió una descarga eléctrica que provocó un accidente y permaneció ingresado en un hospital varios días. Se rumorea que Honda le informó que algo iba mal y que no era aconsejable salir a la pista, algo a lo que Alonso, presuntamente, no hizo caso. Años después, ninguna de las partes implicadas ha querido aclarar aquella situación que pudo costarle a Alonso un accidente más fuerte.
El bicampeón del mundo sabe lo que es que el equipo se equivoque y sufra él las consecuencias. Es el primero en criticar todas estas faltas, pero su objetivo es mantener en alerta a quienes trabajan para él. Mantener la tensión. Es una estrategia que siempre ha aplicado.
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