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Energía en positivo
¿Es el biometano más eficiente que electrificar el consumo térmico?
El informe de Frontier Economics analiza qué alternativas son más eficaces para descarbonizar los edificios españoles
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Decidir cómo alimentamos energéticamente los edificios es clave para la descarbonización. El 30% del consumo energético final en España proviene de hogares y servicios, por lo que debemos replantear cómo calentamos, enfriamos e iluminamos nuestras vidas. Sin embargo, la electrificación total de los edificios, una solución inicialmente atractiva, también plantea desafíos colosales. El último informe de Frontier Economics, publicado por la Fundación Naturgy, ofrece un camino alternativo: el biometano.
Así, el análisis detalla el resultado de lo que podría parecer un simple ejercicio de reemplazo: cambiar combustibles fósiles por electricidad. No obstante, electrificar totalmente los edificios generaría una demanda firme adicional de 28 GW, lo que supone un 67,5% de la demanda punta actual. Esto llevaría a un aumento masivo en la infraestructura renovable necesaria: 397 GW de solar y 323 GW de eólica. En otras palabras, casi cuadruplicar y sextuplicar las capacidades actuales, respectivamente.
El invierno español, con su demanda estacional de calefacción, intensifica el problema. Durante diciembre el consumo eléctrico se dispararía un 60%, según el informe. Esto exigiría un almacenamiento estacional de electricidad que hoy en día está lejos de ser viable económicamente. Incluso las eficiencias prometidas de las bombas de calor, situadas entre un 48% y un 73% dependiendo de las condiciones climáticas y el aislamiento de los edificios, se ven mermadas al considerar los costes asociados al almacenamiento de energía a largo plazo.
Aquí entra en escena el biometano, un combustible que no necesita esperar la construcción de nuevas redes de distribución. Este gas renovable aprovecha las infraestructuras existentes, desde tuberías hasta calderas de condensación, lo que reduce drásticamente la inversión inicial. Además, el almacenamiento estacional del biometano es más eficiente, lo que eleva la eficiencia global de su cadena de valor al 85%. Y, cuando se consideran los costes por unidad de energía, incluyendo almacenamiento estacional, el biometano emerge como la opción más económica, seguido por la electricidad y, finalmente, por el metano sintético.
Mientras España se esfuerza por cumplir sus compromisos climáticos, las soluciones para descarbonizar los edificios están lejos de ser unilaterales. El informe no descarta la electrificación, pero sí recalca que una transición exitosa requerirá de una combinación de soluciones. Desde bombas de calor en edificios bien aislados hasta el uso estratégico de biometano en regiones donde las redes de gas ya están establecidas, está claro que la flexibilidad será clave.
A medida que los políticos y los expertos energéticos debaten, el mensaje es claro: la transición verde de los edificios no se decidirá con un único interruptor, sino con un mosaico de innovaciones que equilibren costes, tecnología y sostenibilidad. Y, en ese equilibrio, el biometano podría ser el gas que «ilumine» nuestro camino.
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