"Aviónica tour"
Antonio Orozco: «La vida cuando es extrema lo es mucho. De todo se sale, pero con alguna derrota»
El cantante y compositor aterriza hoy con su «Aviónica tour» en el Wizink Center
Revuelve almas y conciencias con letras que incluso no fueron hechas para ser canción. Sabe abrir grietas de luz en medio de los túneles, entre «sobras y sobras» ha dado más de una sorpresa a los cajones de la memoria y aterriza hoy en Madrid, día de su cumpleaños, con «Aviónica tour». Sus tatuajes le recuerdan las cosas que no debe olvidar: llamar a su madre, estudiar lo que debe, ser amable o «que siempre se puede hacer algo para ayudar a los demás». Ahora está escribiendo su vida e insuflando oxígeno a un nuevo musical de Federico García Lorca. Asegura que la comunión que mantiene con su hijo es lo que le mantiene «vivo y a flote».
Esta entrevista podría ser casi como una audición a ciegas. ¿Qué hay que hacer para estar en su equipo y qué consejo me daría?
Pues me gustaría muchísimo decirte que el único camino que existe para cualquier cosa que pretendas, te hablo desde la experiencia del que no sabe, es utilizar siempre la humildad como la primera herramienta. Paciencia y humildad, esa es la fórmula.
¿Cómo es el Madrid de Antonio Orozco?
Mi Madrid está lleno de recuerdos bonitos. Es una ciudad tan cariñosa y amable conmigo, me ha dado tantas cosas que sería imposible de contar y de cantar. A veces intentamos cantarle, pero casi ninguna sería suficiente. Cuando vas a Madrid, al Wizink, es que algo va bien.
Aterriza en el Wizink con su «Aviónica tour». ¿Cuánto tiene de Top Gun?
Pues de Top no tengo nada y de Gun algún mal tiro que otro he dado. Que no se me mal intérprete, pero, en términos generales, suelo volar muy bajo. No me gustan mucho las alturas, me gusta ir paso a paso y, si hay que volar se vuela, pero siempre con los pies en el suelo.
¿Con qué canción rompería la barrera del sonido?
«Entre sobras y sobras me faltas» es una canción que no sé si la barrera del sonido, pero unos cuantos cajones llenos de recuerdos sí que ha destrozado.
El 121 escuadrón del Ejército del Aire se hacen llamar los «Póker». ¿Cuál es el «As» que guarda Antonio Orozco?
Pues me hace mucha ilusión que me preguntes sobre ello, porque soy súper fanático de todo lo que tenga que ver con el aire y de ahí el título de «Aviónica» y el sentido de toda esta gira. Pero el «As» que tengo guardado es que, al igual que la aviónica de un avión ha sido diseñada para que el avión pueda sostenerse en vuelo; este disco está diseñado para que cualquier persona que venga a disfrutar de él sea capaz de sentir que vuela; esta es la gran historia de este espectáculo. Así que, si en algún momento sientes que levitas, o que tu cabeza empieza a girar a otra velocidad, confía que es aviónica, y no te preocupes.
¿Ha querido tener el súper poder de salir volando?
Sí, por supuesto que sí. Me hubiese gustado alguna vez desaparecer. Cuando estás teniendo una pesadilla o un mal sueño te vuelves loco de la alegría de no estar en ese mundo de dragones verdes. A veces, cuando la vida te sorprende de mala manera y te pega según qué tipos de reveses, me hubiera gustado desaparecer o que hubiera sido un mal sueño. Después soy mucho de enfrentar las cosas, tengo los miedos clásicos, como todo el mundo, pero después soy muy peleón.
¿Cuál es su mayor miedo?
No ser un buen padre. Me acongoja solo pensar que no estoy haciendo bien las cosas y es lo que más me preocupa ahora.
Ha dicho alguna vez que la vida le ha dado «fuerte». ¿Qué hacer cuando le cierran una puerta o se toca fondo?
Cuando te cierran la puerta el único remedio es abrir la ventana, te lo prometo. Muchas veces, hablar de esto puede parecer un poco hipócrita. Porque, la vida cuando se extrema es muy extrema y se pasa mal, y hablo de corazón. Y, los consejos valen para tan poco en según qué situaciones. Pero hay momentos en los que no hay más remedio que abrir la ventana para que entre la luz. Yo creo que puedo decir que de todo se sale, pero sí que es verdad que, con alguna derrota.
¿Qué hace Antonio Orozco para no perder el norte?
Me encanta que sea una afirmación. Honestamente siento que no lo he perdido nunca, la edad fue un buen aliado y no lo contrario. El norte se puede perder en muchas cosas, no hace falta dedicarse a la música. Uno puede hacer lo que haga en la vida y perderlo. Cuando tenía 14 años mi padre me llevaba a trabajar a la obra y siempre me acuerdo del frío que hacía a las 7 de la mañana; nunca se me olvidó. Fue una «masterclass» para no perder el norte.
¿«Devuelve la vida» es una plegaria en la que pide perdón?
Lo fue, y así nació; para mí nunca fue una canción de disco. Era una historia tremenda de un hombre que tenía que pedir perdón y, como no sabía cómo hacerlo, escribió una canción. A todos nos ha tocado alguna vez en la vida, y el que no lo ha hecho nunca es porque no lo ha entendido bien.