Madrid
Verde y sostenible: así resucitará La Talaverona en La Rozas
El proyecto incluye la construcción de 79 huertos urbanos, un aula educativa y un centro de interpretación de la naturaleza
Entre la A-6 y la M-50, muy cerca de la ciudad comercial Európolis y del recinto ferial del municipio, se extiende un remanso de paz verde marcado por las huellas del pasado y del presente. Entre fortines de la guerra y el cauce de un río artificial allí por donde pasaba el canal de Guadarrama, una porción de la dehesa de Navalcarbón ha servido a la juventud de Las Rozas hasta hace poco como escenario vallado de fiestas y botellones. Pero dejará de serlo para convertirse en un nuevo centro medioambiental, porque la finca de La Talaverona, que comprende 1,8 hectáreas de las 120 de este bosque, ya está siendo rehabilitada en el marco de un plan que supondrá una inversión total de 714.178,27 euros y que será financiado parcialmente a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional de los que es beneficiario el Ayuntamiento roceño. El objetivo, dice el alcalde José de la Uz, es dar respuesta a una demanda vecinal y redundar en un mayor respeto y disfrute de este magnífico entorno natural.
El proyecto se abordará en dos principales fases, centradas en la creación de una zona de huertos urbanos y en la rehabilitación de las edificaciones abandonadas de la parcela para su uso como espacios educativos. La primera de ellas arrancó el pasado mes de julio y finalizará este otoño tras la construcción de un total de 79 huertos divididos en tres tipologías distintas: 66 destinados a particulares o familias que serán prefabricados en altura, facilitando así que personas mayores o con discapacidad también puedan cultivarlos al no tener que agacharse para ello; ocho colectivos a disposición de todos los vecinos y vecinas de la localidad, esta vez sí, directamente sobre terreno; y, por último, cinco reservados al programa de Educación Ambiental del Ayuntamiento.
Todo ello se acometerá garantizando la accesibilidad al incluir rampas en todos los itinerarios de circulación y la sostenibilidad, destacando que los propios huertos contarán con un sistema de recogida de las aguas infiltradas para que, a través de un sencillo bombeo manual, puedan reutilizarse, además de que se recuperará una antigua piscina disponible en la finca para usarla como aljibe. En cuanto a la segunda fase del proyecto, esta resultará en tres principales espacios: un aula educativa, donde se desenvolverán diferentes actividades tanto con el ecosistema escolar como dirigidas a vecinos de todas las edades y colectivos; un centro de interpretación de la naturaleza, cuya misión fundamental será la de divulgar el conocimiento del entorno natural del municipio fomentando su respeto por medio de sendas guiadas exteriores; y un laboratorio de recuperación de especies arbóreas de interés municipal o en peligro de extinción, que se complementará con la plantación de ejemplares en esta zona que actualmente es de baja densidad vegetal en comparación con el resto de la dehesa.