Exposición
Cornejo no da punta sin hilo con Galdós
Una exposición en los Teatros del Canal muestra, a través de 50 trajes, cómo la sastrería recreó las vestimentas de sus personajes en la televisión y en el teatro
La vida tiene estos caprichos: justo este año, en el que se conmemoran los 100 años de la muerte de Galdós, nació en la calle Cava Baja 28 un pequeño negocio de sastrería de la mano de Humberto Cornejo. Y les unió el destino. El autor –como dice Juan Carlos Pérez de la Fuente, director artístico del Año Galdós– quiso en su narrativa ser preciso y minucioso en la descripción del vestuario de sus personajes. Para hacerse una idea, De la Fuente cita «Torquemada en la hoguera» y extrae algunas líneas: «Mire usted que falda de raso (...) todos estos trajes son de mi difunta. Hay dos de seda, algo antiguos, eso sí (...) Cuatro de merino y de lanilla».
Lástima que los años le arrebatasen la posibilidad de ver cómo, tanto el cine, las series y el teatro se esmeraban en ser lo más fieles posible al vestuario que su escritura sugería. Pero ha llegado el momento. Los Teatros del Canal en la exposición «Cornejo, el sastre de Galdós», cuya comisaria es Carmen Lucini, se han esmerado en reunir 50 piezas creadas para producciones basadas en las obras del escritor que se podrán ver hasta el 10 de enero. Algunos recordarán un ficción televisiva que no tiene nada que envidiar a las que se programan ahora con el perchero de «acontecimiento». Es «Fortunata y Jacinta» (1980), una miniserie dirigida por Mario Camus cuyos personajes principales interpretaron Ana Belén (se puede ver uno de los vestidos que lució en la ficción) y Maribel Martín, además François-Eric Gendron, que protagonizaban un triángulo amoroso trágico desde su nacimiento. Pero hay mucho más: los trajes que llevó con su gallardía Fernando Fernán Gómez en el filme «El abuelo» (1998) y los trajes que hicieron especialmente para la obra teatral «Tristana» que portó Olivia Molina.
La muestra quiere recordar el valor de una prenda para un proyecto artístico y las múltiples vidas que puede tener más allá de su misión original. Como explica Humberto Cornejo, miembro de la tercera generación, «son trajes que siguen en funcionamiento». Por ejemplo, los de «Fortunata y Jacinta» tuvieron una segunda vida, ya que se utilizaron en «La Regenta», la ficción protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón. Cornejo también precisa que los uniformes de «Puerta del Sol» viajaron hasta Francia.
El medio centenar que se han escogido para que los vea el público están en perfecto estado de revista. «Tan solo hemos tenido que reparar algún botón o cremallera. Los que no estaban en condiciones hemos preferido no traerlos», dice Cornejo. A ellos, se suman capas, vestidos, trajes de goyescas, un vestuario de Godoy y tocados, entre otras indumentarias.
La exposición está concebida como una escenografía teatral y se divide en cinco escenas. La primera le hace un guiño a Galdós y a su despacho. En ella, se puede ver su escritorio de donde salieron textos para la Prensa del momento, discursos para el Congreso y demás escritos que han articulado el gran autor que es.
En la Escena 2 se recrea el ambiente del «Taller de la sastrería Cornejo». Su primer deber es entender la historia que se les encarga: después hacer un boceto, elegir los textiles y el cuerpo para el que se está haciendo la prenda. La entidad de un personaje también pasa por su forma de vestir.
El interior de un camerino es el hilo conductor de la Escena 3. Es el refugio de los actores antes de salir a escena, donde encuentran la inspiración y la concentración... Casi un santuario en el que los artistas ejercen sus rituales y se proyectan en el personaje que van a interpretar: mudan la piel y cambian la voz para ponerse al servicio de ellos, para parecer 20 años más longevos o 15 años más joven. Es, en definitiva, su sala de entrenamiento.
La Escena 4 se reserva para la escena, el territorio del espectador. Y se pone a disposición de los asistentes la puesta en escena de «Plaza Mayor», un extracto de los «Episodios Nacionales» de Galdós, dirigido por De la Fuente. Los cómicos son los protagonistas de la Escena 5. En ella se puede ver la correspondencia entre el autor y la actriz María Guerrero.