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El euro más icónico busca nuevo dueño

La gigantesca escultura de la moneda oficial de la Unión Europea se subastará a finales de año por falta de recursos para su mantenimiento.

Estatua del euro. Wikimedia

Poco después de la llegada del nuevo milenio, España hizo frente a la desaparición de su adorada peseta para comenzar a utilizar el euro. Algunos todavía recordarán la dificultad de convertir el importe mentalmente durante la compra los primeros meses. No fueron pocos los comercios, e incluso los clientes, que utilizaban las calculadoras para saber cuál era el precio de los productos en “las antiguas pesetas”.

Meses antes de la entrada en circulación de la nueva moneda en los primeros países de la Unión Económica Europea, el artista alemán Ottmar Hörl sorprendía al mundo con una escultura que se convertiría para la población en el símbolo del Banco Central Europeo.

La obra de Hörld, un euro de 14 metros de altura y con un peso de cerca de 50 toneladas, ha vuelto a estar de actualidad en los últimos días debido a que sus propietarios quieren deshacerse de ella. En contra de la creencia popular de que la escultura pertenece al Banco Central Europeo o que es propiedad de la ciudad Fráncfort del Meno, la entidad que mantiene el símbolo es una organización sin ánimo de lucro.

Euro de Fráncfort.Freepik

Frankfurter Kultur Komiteem, actual dueño de este símbolo, ha señalado que la financiación de los patrocinadores privados ya no es suficiente para asegurar las buenas condiciones del euro y que uno de los principales problemas ha sido el aumento de vandalismo, que ha agotado los fondos de la entidad. Por ello, la enorme escultura de Fráncfort que presidió durante años el edificio del Banco Central, saldrá a subasta a mediados de octubre.

Los propietarios explican que “todos los intentos de asegurar la financiación del símbolo del euro han fracasado hasta ahora”, entre el que se incluye también la última mesa redonda convocada el pasado 27 de abril.

Con todo esto, justifican que la entidad no tiene los recursos económicos suficientes para mantener el icónico monumento de la plaza Willy-Brandt, cuya restauración conlleva una inversión anual de unos 250.000 euros, y han tomado la decisión de venderla a la puja más alta a finales de año.