Movilidad

Ya no sabemos si sorprendernos o no: El nuevo yate transparente para ver el mar mientras navegas

La fiebre por las embarcaciones de lujo no para de aumentar y Capitolio, este curioso catamarán, promete ser uno de los más codiciados.

Capitolio, el catamarán transparente
Capitolio, el catamarán transparentePininfarinaCapitolio, el catamarán transparente

El mercado de yates de lujo está en su momento más dulce. Según el portal Boat International, en el primer semestre de 2021 las grandes fortunas se gastaron 1.400 millones de dólares en embarcaciones de este tipo. En total, se vendieron 208, cuando en el mismo período de 2020 se llevaron a cabo 131 operaciones.

Ante esta fiebre, los astilleros se ven casi en la obligación de estar continuamente innovando para satisfacer las necesidades de una cada vez más exigente clientela. Y lo cierto es que surgen proyectos muy interesantes, como Capitolio.

Se trata de un catamarán, obra de los diseñadores Samuele Errico Piccarini y Salvatoreandrea Piccirillo, cuyo máximo atractivo es que es transparente con el objetivo de que los tripulantes no dejen de ver el mar en ningún momento de la travesía.

Capitolio, el catamarán transparente
Capitolio, el catamarán transparentePininfarinaCapitolio, el catamarán transparente

Una característica que ha salido directamente de la petición de su futuro dueño: Ryo Cardoso, un empresario japonés de 45 años que quería que su yate tuviese buena iluminación y vistas panorámicas del mar. Pues toma vistas.

Y como buen amante del yoga y del ju-jutsu que es el señor Cardoso, Capitolio cuenta con varios espacios acondicionados para que pueda hacer sus actividades favoritas cómodamente. Por supuesto, tampoco faltan en la cubierta las hamacas, jacuzzis y hasta parrillas para que cocine sus platos favoritos.

Aunque por ahora el proyecto está en su primera fase, los constructores sí han dado a conocer que la embarcación se moverá gracias a un sistema híbrido asistido por sus grandes velas y que estará destinado a realizar viajes cortos.

Tampoco ha trascendido su precio, aunque, imaginaréis, don Ryo Cardoso tendrá que rascarse el bolsillo.