Si bien las creaciones Bespoke generan comentarios con regularidad, Rolls-Royce ha destacado este modelo en particular porque muestra lo que sus diseñadores pueden hacer con el espacio “vacío” del habitáculo. En este caso, la pieza de la fiesta está en el salpicadero, pero no es así como la compañía británica de superlujo la llama. Aquí está, directamente desde Rolls:

La galería

“La comprensión de que los clientes de la marca son cada vez más coleccionistas de arte fino y contemporáneo llevó al equipo de diseño de Rolls-Royce a crear un espacio en el que comisariar y encargar, exponer, admirar y reflexionar. Un espacio bautizado acertadamente como “La Galería”, es una aplicación de cristal que recorre ininterrumpidamente el salpicadero del Rolls-Royce Phantom, proporcionando una oportunidad sin precedentes para presentar obras de arte dentro de su coche. Montada en una sala blanca de alta tecnología en la sede de Rolls-Royce en Goodwood (Inglaterra), un entorno estéril en el que se pueden montar objetos delicados y altamente personalizados, desde una simple aplicación de madera o metal hasta un uso más complejo de materiales que normalmente no son viables en un contexto automovilístico, “The Gallery” amplía la experiencia del cliente con la marca a un nuevo ámbito.”

No es un salpicadero, es un espacio de exposición. Aquí se utiliza para mostrar una colección de más de tres mil plumas de cola. Sí, plumas. De origen sostenible, insiste Rolls-Royce, pero aún así bonitas, y colocadas sobre una forma impresa en 3D diseñada para emular la musculatura de las alas de un pájaro, de modo que se puede fingir que esos pavos reales (estamos escupiendo) fueron absorbidos por la máquina, en lugar de ser sacrificados para que sus esponjosos trozos pudieran adornarla.

Según Rolls-Royce, las plumas y los materiales de fabricación aditiva son sólo la punta del iceberg de estos nuevos conceptos de galería, por lo que esperamos ver más cosas como ésta en el futuro. Eso sí, de uno en uno.