Política

Génova

Veto al coche en Chamberí

Pérdida de aparcamientos, más carriles-bici, aceras más anchas... Los vecinos se ven como «cobayas».

Tramos de seis calles de Olavide quedarán peatonalizados, limitando el tráfico a emergencias, carga y descarga y residentes con plaza de garaje. Foto: Ayuntamiento de Madrid
Tramos de seis calles de Olavide quedarán peatonalizados, limitando el tráfico a emergencias, carga y descarga y residentes con plaza de garaje. Foto: Ayuntamiento de Madridlarazon

Pérdida de aparcamientos, más carriles-bici, aceras más anchas... Los vecinos se ven como «cobayas».

Circular por Chamberí va camino de convertirse, en el mejor de los casos, en una aventura, y en el peor, en un deporte de riesgo. Circular... y también aparcar. No sólo para los vecinos del emblemático distrito, sino para todos los madrileños que van a tener en este barrio una de las principales vías de entrada y salida de la ciudad. Carriles-bici, peatonalizaciones, reducción de plazas de aparcamiento...

El Ayuntamiento anunció ayer el inicio de las obras de seis calles en el entorno de la Plaza de Olavide, de forma que los tramos pasarán a ser zonas peatonales. Como explican los vecinos de la Asociación Chamberí, el Consistorio ha aprovechado una petición «necesaria y demandada por nosotros», arreglar el ancho de las calles Jordán y Sagunto, insuficiente para el paso de vehículos de emergencia, para realizar una actuación «que va de nuevo en la línea de impedir la circulación de vehículos y de eliminar plazas de aparcamiento». En resumen, la peatonalización de Olavide va a provocar que los tramos de las calles Jordán, Sagunto, Olavide y Santa Feliciana queden como una plataforma con paso restringido para carga y descarga y acceso a garajes. La medida supuso además la pérdida de 120 plazas de aparcamiento. Es cierto que el Ayuntamiento atendió la demanda y las reubicó en las calles Manuel Silvela, Covarrubias y Gallego. Pero la solución tenía «truco»: las plazas se encuentran «justo en la frontera de Madrid Central», el gran plan del Consistorio para restringir la movilidad en el centro. Así, los vecinos creen esas plazas serán para ellos... y para todos los madrileños que buscarán aparcar justo en el límite geográfico permitido.

Llueve sobre mojado para los vecinos de Chamberí, que en sus demandas han contado con el apoyo de PP y Ciudadanos. El próximo «golpe» al coche ya tiene lugar: las calles Eloy Gonzalo y General Martínez Campos. Como explica a LA RAZÓN Pedro Corral, concejal del PP en el distrito, se eliminarán los carriles de circulación centrales en cada sentido, desde Quevedo hasta la Castellana, para hacer un carril-bici segregado. Una decisión que se aprobó en los presupuestos participativos del distrito, pero que no figuraba en los planes iniciales del Consistorio. «El Ayuntamiento se ha saltado a la torera el Plan Director de Movilidad Ciclista, aprobado en 2008 y revalidado en 2016 con Carmena como alcaldesa», dice Corral.

De hecho, recuerda el concejal, aquel texto «contó con el consenso de asociaciones de ciclistas y usuarios». Por tanto, se ha acabado «imponiendo un carril-bici que nadie solicitó ni estaba contemplado».

¿El resultado final? Habrá que verlo, pero el concejal cree que estos nuevos carriles-bici, que contarán con un presupuesto de medio millón de euros, correrán la misma suerte que los de la zona de los bulevares, en Génova, donde «se sustituyó el ciclocarril por uno más estrecho y más pegado al carril-bus. Nos parece muy poco atractivo y se está demostrando que no lo son, viendo el escaso uso que hacen de él los ciclistas», dice Corral. No en vano, pese a la colocación de estos carriles, no se puede decir que haya una «red articulada» de los mismos para que los ciclistas de la capital los puedan disfrutar.

Lo que no se explican, ni vecinos ni oposición, es por qué el empeño del Consistorio en «experimentar» constantemente con Chamberí, quedando sus habitantes como «conejillos de indias». «Somos los cabezas de turco de su política de movilidad», dicen los afectados. Bien lo saben los vecinos de la calle Galileo, donde aún colean los efectos del Plan Chamberí zona 30. La intención del Ayuntamiento de limitar el tráfico se saldó con un generoso tramo reducido a un engendro, entre calle peatonal y calzada abierta al tráfico, con ocho enormes macetas como legado. Una obra que, lejos de lograr su «reversión total», como pedían los vecinos, seguirá adelante, pese a que tanto el Pleno del distrito como el del Ayuntamiento votaron en su contra.

El pasado lunes, en el accidentado Pleno de la Junta Municipal del distrito, interrumpido por los vecinos de Chamberí Se Defiende –entre otros motivos por todo lo anteriormente expuesto–, la presidenta concejala Esther Gómez Morante confirmó nuevas actuaciones en la zona. Se ensancharán las aceras de la calle Guzmán El Bueno, concretamente en torno a la altura del Colegio Decroly (número 60). Una transformación que redundará en la «creación de cuellos de botella en una calle muy especial, que supone uno de los principales ejes norte-sur de Madrid», dicen los vecinos. Se hará lo propio también en Gaztambide y Arapiles, donde las plazas de aparcamiento pasarán a ser en batería en lugar de en línea.

Los problemas se incrementarán de manera previsible con la reordenación de Madrid Central. Irónicamente, se impedirá a los residentes de Chamberí hacer un uso adecuado de sus vehículos, pero, por contra, el Ayuntamiento pretende que «el distrito absorba el 80% del tráfico que no va a poder pasar por Madrid Central, como reconoció José Manuel Calvo», delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, afirma Corral. Así, Chamberí se convertirá en una nueva alternativa para entrar y salir de Madrid. «Va a sufrir una embestida de tráfico para el que el distrito no está preparado. Más congestión, más acumulación de vehículos... Gente que ni se le pasaba por la cabeza circular por Chamberí, ahora no va a tener más remedio».

Los vecinos creen que había soluciones. Por ejemplo, para impedir ese «efecto frontera» por el cual muchos madrileños de fuera del distrito aparcarán en zonas limítrofes, Chamberí Se Defiende propuso la creación de plazas en «zonas estratégicas del distrito, más alejadas, y donde había condiciones para un parking subterráneo». Era el caso del Estado de Vallehermoso, las Cocheras de Cuatro Caminos o el Taller de Precisión de Artillería de la calle Raimundo Fernández Villaverde. La petición cayó en saco roto.

Además, las medidas adoptadas por Manuela Carmena para reducir la circulación no están teniendo la respuesta esperada en términos medioambientales. Según anunció el pasado mes de enero Ecologistas en Acción, la contaminación atmosférica de Madrid volvió a superar los límites establecidos en la legislación europea. Concretamente, se produjo una subida «notable» de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2). Quince deun total de 24 estaciones de medición de la capital superaron los valores adecuados para la protección de la salud.

Los residentes se temen nuevos «ensayos» que podrían ser irreversibles. Por ejemplo, la ya comentada peatonalización de la Plaza de Olavide. Creen que en esos nuevos tramos abiertos al tránsito de personas de se una «malasañización» del entorno, en referencia a la zona de Malasaña, con la creación de nuevas terrazas en los bares. Un nuevo problema que vendría a añadirse a las dos zonas que más quebraderos de cabeza –y pérdidas de horas de sueño– dan a los vecinos de Chamberí: los bajos de Argüelles y Ponzano.

Ciudadanos: "Estas medidas empeoran la situación".

A raíz de todas estas iniciativas del Ayuntamiento, desde Ciudadanos Madrid se muestran "preocupados por los efectos que van a tener las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno de Carmena en la zona centro de Madrid sobre los distritos colindantes, como Chamberí", afirma Silvia Saavedra, concejal de Cs. En su opinión, el distrito está "plagado de experimentos"con "efectos muy negativos en el tráfico y la contaminación". Saavedra recordó las previsiones del aumento del tráfico en la ciudad, debido a las insuficiencias del transporte público, y que este flujo de vehículos se verá incrementado en los "distritos colindantes con la zona centro". "Desde el Gobierno de Carmena no se están tomando medidas para paliar estos efectos. Es más, se están adoptando medidas que pueden empeorar la situación en distritos como Chamberí", concluyó.