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Comunidad de Madrid
La muerte «dulce» y heroica de Juan al tratar de salvar a su mujer
El monóxido de carbono se ha cobrado dos nuevas víctimas, en esta ocasión en Collado Villalba. En la mañana de ayer fueron localizados los cadáveres de Luis, de 61 años y natural de la localidad madrileña y Matilde, su pareja, hondureña y también de 61 años, que llevaba siete viviendo en España.
El monóxido de carbono se ha cobrado dos nuevas víctimas, en esta ocasión en Collado Villalba. En la mañana de ayer fueron localizados los cadáveres de Luis, de 61 años y natural de la localidad madrileña y Matilde, su pareja, hondureña y también de 61 años, que llevaba siete viviendo en España.
La principal hipótesis de la muerte es el fallecimiento por inhalación de monóxido de carbono. Los Bomberos, que accedieron a la vivienda situada en el segundo piso del número 28 de la calle Real de Collado, localizaron el cadáver de Matilda boca arriba en la cocina y el de Luis a su lado boca abajo. Fuentes del Summa detallan que a la llegada de los servicios de emergencias se encontraron un fogón de una caldera antigua encendido, lo que sugiere que una mala combustión de éste pudiera haber provocado la muerte por inhalación de monóxido de carbono de la pareja. Además, la ventana de la cocina se encontraba abierta. La investigación apunta a que Luis se encontró a Matilde en el suelo después de que ésta se hubiera desmayado por inhalar el gas proveniente del fogón y que el hombre, en un intento por ayudarla, abrió la ventana para ventilar, pero terminó desvaneciéndose junto a ella.
Los servicios de emergencias fueron puesto sobre aviso por una llamada del sobrino de la pareja, Fernando, que llamó al 112 después de que los compañeros del polideportivo municipal en el que trabajaba Luis le alertaran de que su tío no había acudido a trabajar. Tras esta llamada los Bomberos acudieron al domicilio de la pareja y tras ventilar las estancias y realizar las mediciones pertinentes sacaron los cuerpos de Luis y Matilda en torno a las 12:15 del mediodía, después de que los servicios sanitarios hubieran certificado que ambos llevaban varias horas muertos.
La propia delegada municipal de Seguridad Ciudadana de Collado Villalba, Inés Berrio, mostró la consternación de todo el Ayuntamiento, puesto que Luis «era muy querido» en el consistorio, dado que llevaba muchos años trabajando allí. Además, ha recordado la importancia de extremar la precaución con el uso de estufas y calderas dado el riesgo que tiene, sobre todo en estas fechas, la sobreexposición a los gases que estos aparatos emiten.
Con los fallecimientos de Luis y Matilde son ya 23 personas en nuestro país las fallecidas durante este año por «muerte dulce». No es el único caso en los últimos días. El pasado 7 de diciembre, diez personas de dos familias resultaron intoxicadas aunque de carácter leve. Una de ellas en Galapagar por la mala combustión de una estufa y el resto en el barrio de Vallecas por culpa del gas emitido por un brasero. El servicio de emergencias aconseja, para evitar desgracias como éstas, que se instale en la vivienda un detector de monóxido y que se revisen las instalaciones por expertos periódicamente. Asímismo, el Instituto Nacional de Toxicología recomienda no dejar nunca braseros y estufas encendidos mientras alguien duerme.
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