Móstoles
El PSOE de Madrid enseña a la alcaldesa de Móstoles la puerta de salida
La Comisión Regional de Ética analizará sus casos de presunto nepotismo. El secretario general del partido califica sus últimos nombramientos de “obscenos”
La Comisión Regional de Ética analizará sus casos de presunto nepotismo. El secretario general del partido califica sus últimos nombramientos de “obscenos”.
Ya no lo oculta. El PSOE de Madrid se ha hartado de la alcaldesa de Móstoles: por un lado, de los ceses, acusaciones y revocaciones que se han producido en el último mes bajo la sombra del nepotismo; por otro, de la actitud de la propia edil, que ha asegurado en las últimas horas ser víctima de una persecución no solo por parte de la oposición, sino de personas de su propio partido. José Manuel Franco, secretario general del PSOE-M, avanzó ayer que la Comisión Regional de Ética del partido realizará un informe sobre las últimas actuaciones de Noelia Posse. Unas actuaciones en las que posiblemente «no ha habido nada ilegal», pero que Franco no ha dudado en calificar de «obscenas desde un punto de vista democrático». Una vez finalizado ese dictamen, la Comisión Ejecutiva Regional deberá juzgar si abre un expediente a Posse, que podría conllevar la «expulsión» del partido. No así de la alcaldía, ya que el acta pertenece a Posse, no al partido. «Está en sus manos dimitir o no», insistió Franco, que no vaciló al recordar que «muchos militantes, simpatizantes y votantes nos han pedido su cese».
Mientras, la alcaldesa guardó ayer silencio. No así el lunes pasado, cuando en una entrevista en la Cadena Ser respondió afirmativamente a la pregunta de si existía una «conspiración» dentro de su propio partido para derrocarla.
Es de esperar que esa Comisión se base en el Código Ético de los socialistas. Y más concretamente en su punto 3.4: «Los cargos públicos y orgánicos socialistas están obligados a desempeñar sus funciones con austeridad, honradez, ejemplaridad, eficacia y plena dedicación al servicio público y del partido». La «ejemplaridad» sería uno de los puntos que jugarían en su contra. En poco menos de un mes, Posse ha afrontado cuatro ceses y/o renuncias de cargos de libre designación debido a las acusaciones de «enchufismo». La primera renuncia, el pasado 12 de septiembre, fue la de su hermana, Laura Posee, designada como coordinadora de redes sociales del Ayuntamiento, cargo que le iba a suponer una cargos de libre designación debido a las acusaciones de «enchufismo». La primera renuncia, el pasado 12 de septiembre, fue la de su hermana, Laura Posee, designada como coordinadora de redes sociales del Ayuntamiento, cargo que le iba a suponer una retribución de 52.000 euros anuales. La segunda, la de su tío, Vicente Posse, que ascendió de auxiliar en el área de Cultura a director técnico administrativo de Deportes, puesto por el que iba a recibir un complemento adicional de 1.607 euros. La tercera, el pasado jueves, de Alicia Domínguez, amiga de Posse y coordinadora de Gabinete de Alcaldía. Y la cuarta, aquel mismo día, de Luis Vázquez, nombrado gerente del Instituto Municipal del Suelo (IMS) pese a su poca experiencia en gestión y que coincidió con Domínguez en la Fundación de la Universidad Rey Juan Carlos.
¿Nuevo caso?
A estos hay que añadir un quinto en sospecha: Gonzalo Sánchez Oliva, señalado como ex pareja de Noelia Posse, que ha pasado a formar parte del Grupo de Intervención Especial del Consistorio, lo que le ha supuesto un complemento de 800 euros al mes. Dos últimos casos se han sumado en los últimos días: Jesús Miguel Espelosín, gerente de Urbanismo, cuya revocación ha sido exigida por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Madrid por no reunir los requisitos que le acreditan para el cargo; y Bárbara Rognoni, ex concejal de Illescas y ahora directora general de Suelo y Nuevos Desarrollos, de cuyo nombramiento ya ha alertado el PP de Móstoles, en palabras de su portavoz, Mirina Cortés. «Queremos que dé explicaciones del proceso que se siguió y que levanta toda una serie de dudas similares a los casos que se han ido conociendo en los últimos días», aseguró ayer Cortés. Además, desde el PP consideraron «absolutamente insuficiente» el anuncio hecho por Franco, por lo que consideran al PSOE «cómplice» de la situación que se vive en la localidad.
El precepto de «austeridad» también estaría en duda en lo que respecta a las actuaciones de Posse. Sobre todo porque una de sus primeras acciones nada más jurar el cargo fue subirse el sueldo tanto a ella como a sus altos cargos. En el caso de la alcaldesa, fue de casi un 17%: de 70.236,59 euros anuales a 82.000. En cuanto al resto, fue del 10%.
Al frente que tiene abierto en su propio partido se suma el de sus socios de Gobierno. El líder de Más Madrid Ganar Móstoles (MMGM), Gabriel Ortega, pidió ayer abiertamente su dimisión. «Esperamos que hoy –por ayer– sea el día de la responsabilidad y las decisiones, porque es evidente que este Gobierno municipal, si sigue liderado por Noelia Posse, va a quedar definitivamente contaminado y manchado por los casos de enchufismo y nepotismo», afirmó Ortega. Sin embargo, desde Ganar Móstoles se insistió en que la ciudad debe contar con un «Gobierno progresista». «Nuestra mano está tendida para ello. Entendemos que debe ser liderado por el PSOE, fuerza mayoritaria de los tres partidos –PSOE, MMGM y Podemos– que componemos el Ejecutivo municipal, pero no podemos compartir por más tiempo las responsabilidades si es Posse quien sigue al frente», añadió.
Una «sorpresa» para Sánchez
El eco de la tormenta política que se vive en Móstoles resonó ayer en la Asamblea de Madrid e incluso a nivel nacional. El presidente en funciones, Pedro Sánchez, también secretario general de los socialistas, dijo que «conoce a la alcaldesa y que hay cosas que me sorprenden que se están conociendo por los medios de comunicación». Por ello, considera que lo que decida su partido en Madrid «estará bien hecho». Por su parte, el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, afirmó ayer que no le gusta «nada» de lo que ha ocurrido en Móstoles, por lo que cree que «hay que adoptar medidas». Con estas palabras, Gabilondo evitó ayer «prejuzgar» y la «confrontación» con nadie a la hora de valorar la situación.