Comunidad de Madrid
145 municipios donde puede acumularse radón
Las mediciones deberían hacerse cada cinco años. La Comunidad de Madrid no cuenta con un mapa específico, pero un nuevo decreto estatal enumera las localidades donde se concentraría este gas
Las mediciones deberían hacerse cada cinco años. La Comunidad de Madrid no cuenta con un mapa específico, pero un nuevo decreto estatal enumera las localidades donde se concentraría este gas
Colmenar Viejo, El Escorial, Brunete, Cercedilla, Guadarrama, Moralzarzal, Rascafría, Torrelodones... y así podríamos seguir enumerando el más de un centenar de municipios madrileños donde, por sus características geológicas, podría existir gas radón (Rn). Todos están en la sierra de la Comunidad y en ellos la existencia de granito no es una excepción. Al contrario, muchas de las edificaciones de estas localidades se han construido sobre o con este tipo de roca. Lo cierto es que, aunque son muchos los municipios que pueden estar afectados, la Comunidad de Madrid no tiene ningún mapa que determine los lugares con más probabilidades de concentraciones de este gas noble. Es el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el que cuenta con un «mapa potencial de radón en toda España» y del que se pueden extraer las posibles zonas.
Su origen es natural, así como que de sus grietas o aberturas emane gas radón, un gas radioactivo inoloro y que, aunque está presente en la naturaleza como gas noble, «sus concentraciones elevadas son consecuencia de las prácticas constructivas y es lo que debemos evitar», explica José Luis Gutiérrez, especialista en mediciones de radón y que, tras 15 años de investigación, ahora trabaja en los Laboratorios Radonova. «Aunque no se puede hablar de un umbral de máximo, cuantos más elevados sean los niveles de concentración de este gas, existen más probabilidades de contraer cáncer de pulmón», explica el experto.
Hace unas semanas saltaba la alerta en los juzgados de Colmenar Viejo. El trabajador de mantenimiento había localizado una habitación que no se abría desde hacía 15 años. En su interior hallaron una gran piedra de granito. Los empleados, alarmados por la posible relación que podría existir entre este hallazgo y los casos de cáncer que se habían sucedido en las instalaciones a lo largo de los últimos años, solicitaron a la Consejería de Justicia que se tomaran una serie de mediciones que determinara la concentración del gas existente en las zonas de trabajo, así como en las inmediaciones de la sala recién descubierta. Los datos preliminares –para que los resultados se consideren completamente fiables la medición debe realizarse durante tres meses– determinaron que la acumulación en el área de trabajo era «mínima». Los niveles registrados oscilan entre los 56 y 62 bequerelios por metro cúbico (Bq/m3), es decir, cinco veces por debajo del límite máximo que establece la normativa europea para los espacios de uso público de larga estancia (300 Bq/m3). Eso sí, «en la cámara hueca donde hallaron el granito se supera el nivel máximo de concentración de radar un 8 por ciento (653 bq/m3 frente al límite de 600 que se establece para zonas sin uso público)», explicó la Consejería.
Lo cierto es que, como explica el experto, «España aún no ha implementado la normativa europea que determina los 300 Bq/m3 como nivel de referencia. Hace año y medio que debería haberse hecho». Si se alcanza este límite se deben tomar medidas para reducir la concentración, sin embargo «como la norma no está transpuesta, las autoridades no pueden obligar a que se imponga, aunque un ciudadano si puede invocar al reglamento europeo para solicitar que se tomen mediciones», añade Gutiérrez.
Aunque en Madrid capital pueden darse concentraciones de gas radón en algunas zonas, «por el tipo de construcción», lo cierto es que es en la sierra donde se debe tener una mayor precaución. «Allí hay granito puro y las concentraciones pueden llegar a ser muy altas. Por eso, en los municipios con este tipo de geología se deberían realizar mediciones tanto en casas como en edificios públicos cada cinco años, aunque la única forma de conocer la concentración de radón en un edificio es midiendo, independientemente del tipo de geología», determina el especialista.
Las concentraciones más altas de este gas noble se suelen dar en los sótanos y en los primeros pisos, pero «sólo se puede determinar midiendo porque varía mucho en función del sistema de aire del edificio y de la ventilación», explica el especialista. Asimismo, es importante destacar que las mediciones deben tener en cuenta el tiempo que se pasa en las habitaciones que se mide. El experto de Radonova lo explica: «Que en la sala donde se hacen fotocopias salga una concentración, por ejemplo, de 10.000 bequerelios no sería alarmante porque a ella los trabajadores acuden de manera puntual. Es más, debería preocuparnos más si los niveles que se registran en nuestra casa rondan los 270 que las cifras elevadas de la sala de las fotocopias».
Por ello, los expertos fijan 52 horas al año por sala como el periodo de tiempo a partir del cual se determina que las concentraciones no deben superar el límite fijado por la Unión Europea. También insisten en que, si se realiza alguna obra en un edificio ubicado en una zona geológicamente propicia para el radón, se midan las concentraciones de este gas.
Lo cierto es que el Gobierno ya está desarrollando un nuevo código técnico de edificación que incluye el tratamiento del Rn y que formaría parte del nuevo Real Decreto de Edificación. En uno de los anexos a los que ha tenido acceso LA RAZÓN se exponen las medidas que se deben desarrollar para protegernos de la acumulación de este gas radioactivo. El documento incluye un listado pormenorizado de todos los municipios de España que deben incluir medidas de protección. Desarrollado a partir del mapa del CSN, divide las localidades en dos zonas en función de las probabilidades que existen de presencia o no de radón.
De este modo, entre las dos zonas, de la Comunidad de Madrid aparecen 145 municipios en los que hay probabilidades de que emane este agente. Lo que determina el documento «Protección frente a la exposición al radón» es que se tendrán que disponer medidas de protección específicas. Entre ellas se incluirían láminas «antiradón» con unas medidas y cualidades fijadas por el código técnico, así como la creación de cámaras de aire que pueden ser tanto naturales como artificiales, en función del inmueble. Otra medida que recoge el nuevo código es la creación de un sistema de despresurización del terreno.
Todo esto se debe realizar porque la principal fuente de emisión de radón es el subsuelo, «en especial el granito que tiene un elevado contenido de uranio». Así, en la sierra madrileña, «muchas casas están excavadas directamente en la roca y por eso es importante revisar sus niveles de radón», especifica Gutiérrez. Otra de las fuentes donde se puede concentrar el Rn es el agua, «pero estos son casos muy raros».
Todas estas medidas se toman porque «el gas radón es la principal causa de cáncer de pulmón, después del tabaco. Aunque es un gas noble, al respirarlo se acumula en los pulmones», asevera el experto. Aunque aún no se ha demostrado su relación con otras enfermedades, «se está estudiando su vinculación con algunos tipos de leucemia y de cáncer de estómago».
Las claves
- Lleva casi cuatro décadas advirtiendo de los efectos del radón
- Dura 3,8 días y una vez pasado este tiempo se vuelve de nuevo sólido y pasa a convertirse en plomo o polonio
- El radón se diluye rápidamente, tiene concentraciones muy bajas y no representa ningún problema