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La Paz
Valencia planea peatonalizar La Lonja y las plazas de la Reina y la Virgen
El Ayuntamiento de Valencia quiere devolverle al peatón su centro histórico, para lo que ha ideado varios proyectos de reordenación del espacio que pondrá en marcha en cuanto tenga el visto bueno de los técnicos y el presupuesto necesarios para llevarlos a cabo.
Los entornos afectados por este plan incluyen La Lonja y las plazas de la Reina y de la Virgen. En el primer caso, el Gobierno de Rita Barberá ha decidido cerrar al tráfico el tramo que va desde el inicio de la avenida María Cristina a la calle Bolsería, lo que le obligará a buscar una alternativa a la entrada del aparcamiento que se proyecta junto al Mercado Central. Según apuntó ayer el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, esta idea iría de la mano de una modificación de las travesías recayentes en la plaza de Brujas, es decir, reconvertir la avenida Barón de Cárcer en una vía de doble sentido, como ya lo fue tiempo atrás.
Como medida añadida a la protección del entorno de La Lonja, el Consistorio tiene pensado acabar con las terrazas de los bares y restaurantes que se ubican en los laterales de un edificio que cuenta con la catalogación de Patrimonio de la Humanidad.
En cuanto a la plaza de la Reina, su peatonalización puede tardar un poco más, ya que los técnicos aún no se han pronunciado respecto a dónde quedaría la entrada a su «parking», aunque Novo apuntó ayer la posibilidad de que ésta se trasladara a la cercana calle de La Paz.
Más sencilla será la peatonalización del entorno de la plaza de la Virgen, ya que se trata de cerrar al tráfico la vía de Bailía.
Los tres proyectos afectarán exclusivamente al tráfico rodado, quedando fuera de la prohibición el trasporte público, los residentes y, en algunos casos, ciertos servicios de carga y descarga para el comercio de la zona.
El futuro de la Casa del Relojero
El otro protagonista de los inmediatos planes urbanísticos del Ayuntamiento capitalino es el solar anexo a la Casa del Relojero sobre el que, después de más de una década de polémicas negociaciones con vecinos y Generalitat, se ha llegado a un acuerdo.
La decisión salomónica del Consistorio conlleva la construcción de un edificio de uso público, reconvirtiendo el sesenta por ciento restante de la parcela en un jardín. La Casa del Relojero será, además, objeto de rehabilitación.
En este sentido, el concejal de Urbanismo aclaró que se trata de un proyecto de máximos, es decir, que quizás no sea necesario hacer uso del cuarenta por ciento del espacio de la mencionada parcela para levantar una dotación cuyo uso aún ni se ha comenzado a debatir.
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