El solo de Viçen Viaplana

«The Solo Recording Sessions» es como se ha querido nombrar a la exposición con la que Vicenç Viaplana ha querido mostrar en la Galeria Marc Domènech de Barcelona una serie de obras realizadas entre el año pasado y este actual.

El título de la muestra no puede ser más estimulante por sus toques musicales de jazz. «The Solo Recording Sessions» es como se ha querido nombrar a la exposición con la que Vicenç Viaplana ha querido mostrar en la Galeria Marc Domènech de Barcelona una serie de obras realizadas entre el año pasado y este actual.

Esta propuesta parte de cuatro series formada por papeles serigrafiados realizados por Viaplana hace unos años. Estos grandes papeles, también llamado por el artista como «sessions», son el fruto del trabajo de Viaplana en unas imágenes serigrafiadas que previamente fueron elaboradas a partir de algunas manipulaciones fotográficas.

El propio Viaplana explica sobre estas «recordins sessions» que «cuando la secuencia iba creciendo, la repetición de los elementos de fondo, franjas y márgenes, me iba sugiriendo la idea de proceso visual. Cada obra era también un “frame”, un fotograma de una secuencia cinematográfica. Y posiblemente lo será cuando las sesiones hayan concluido. Quizás entonces empezará un nuevo capítulo dentro de este largo proceso en el que la reproducción, la fotografía y el video se interpelan continuamente creando nuevos escenarios visuales».

El espectador se enfrenta a una serie de trabajos de grandes dimensiones que tienen la fuerza de invitar a sentirse inmerso en lo que el autor ha creado. Para ello parte de una explosión de cromatismo, una lucha de colores que sirven para envolver imágenes fotográficas.

La naturaleza se emplea para construir composiciones abstractas de una gran riqueza visual. Y es que Vicenç Viaplana se alimenta de la naturaleza a partir de la cual extrae elementos que distorsiona, enfoca o desenfoca creando así nuevos significados.

Todo ello también puede contemplarse como esas variaciones jazzísticas, como esas sesiones en las que John Coltrane se encerraba en el estudio de grabación y esperaba que llegara la magia para satisfacción de todos. Partía de una melodía que iba enriqueciendo con su particular manera de entender la música. Lo mismo podemos decir de las piezas que hay en la Galeria Marca Domènech.

En el catálogo de la muestra, Carles Hac Mor argumenta en un inteligente ensayo que «a primera vista, esta pintura parece ser una representación imaginaria y solipsista de un momento congelado del movimiento continuo». Sin embargo, «nunca sabremos si este movimiento pintado como inmóvil tiene como referente la música de las esferas originada por el azar o, pongamos por caso, producida por un estallido cósmico aterrador».

Para comprobarlo vale la pena acercarse a esta galería barcelonesa y perderse contemplando estos solos en las muy particulares sesiones de grabación pictórica creadas por Vicenç Viaplana.