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Pintura

El papel de Tàpies hoy

La Galería Mayoral repasa la trayectoria del pintor barcelonés en una importante exposición comisariado por Arnau Puig

La exposición comisariada por Arnau Puig con obras de Antoni Tàpies supone también el pistoletazo de salida a las actividades que a lo largo de 2019 servirán para conmemorar el treinta aniversario de la Galería Mayoral de Barcelona larazon

La Galería Mayoral repasa la trayectoria del pintor barcelonés en una importante exposición comisariado por Arnau Puig.

el próximo 6 de febrero se cumplirán siette años de la muerte de Antoni Tàpies, una de las indiscutibles personalidades artísticas del siglo pasado. Sin embargo, ese peso parece no traducirse actualmente en exposiciones y, fundamentalmente, en los museos. El papel que pueda tener Tàpies en nuestro tiempo, en un siglo que ya ha superado la mayoría de edad, es el tema de una interesante exposición que abre sus puertas en la Galería Mayoral de Barcelona.

Para ello, para abrir este debate, además de la propia obra del pintor, la galería cuenta con el comisariado del filósofo y crítico de arte Arnau Puig, el único superviviente del grupo Dau al Set en el que estuvo Tàpies, además de Joan Brossa, Joan Ponç, Joan Josep Tharrats o Modest Cuixart. Puig invita a una relectura sin fisuras de la pintura de quien fue su amigo desde el informalismo desde la producción de mediados de la década de la cincuenta hasta poco tiempo antes de su fallecimiento. «Hace 72 años que conozco a Antoni Tàpies. Hemos estado en contacto desde 1945 y lo he visto contento y enfadado, sé todas sus circunstancias», dijo ayer un combativo Puig. Tanto tiempo después, el filósofo afirma que esapintura «me sigue estremeciendo y conmoviendo» para añadir que son trabajos que aún siguen provocando un «hormigueo en los ojos».

Arnau Puig firma uno de los textos del catálogo que se ha editado con motivo de la retrospectiva, un texto que ofrece nuevas y actualizadas lecturas de un pintor sobre el que han pesado algunas leyendas injustificadas. En este sentido, el comisario de la exposición aclara que «la gran fuerza de las obras de Tàpies es que cautivan, arrastran, aunque no entiendas nada; porque no hay nada que entender: son pura expresión emocional, como un clamor».

El debate se sigue en el catálogo con una serie de entrevistas que Llucià Homs ha realizado a quienes han estado al frente de la dirección de la Fundació Tàpies de Barcelona a lo largo de su historia: Manuel Borja-Villel, Nuria Enguita, Laurence Rassel y Carles Guerra. Este último, por ejemplo, afirma que nos encontramos en un momento en el que Tàpies «empieza a estar ausente de los discursos de los nuevos museos del siglo XXI, y esto me lleva a pensar que hay una tarea por hacer a fin de que se vuelva a leer». Por su parte, Borja-Villel, quien fuera primer director de la institución, argumenta que «la obra es pertinente y tendría que entrar en un contexto en que pueda debatirse, en que se pueda hablar sobre ella. La historia no es memorialismo, no es hablar en el sentido de “gran figura”, que Tàpies lo es, sino hacerlo sobre un grandísimo pintor que, además, explica muchos aspectos de este país».

Su vigencia queda evidente en piezas como «Fletxa i cordill», de 1974, una obra en la que parece que el pintor dibuja la silueta de un mapa de España difuminado, suprimiendo Portugal. Es un trabajo de una gran fuerza y expresividad, con una lectura del país, borroso y atravesado por cruces y flechas, que puede ser perfectamente aplicable a la España de hoy. Es el Tàpies político y que no oculta su compromiso social.

La obra de Tàpies, que en la galería comercial se venderá por precios entre los 150.000 y 600.000 euros, goza de un buen momento en el mercado del arte, aunque sus discursos académicos e influencia «no están a la altura», como lamentó Homs.

Por su parte, Puig dijo con su certero criterio de siempre que si el museo y centro investigador de arte contemporáneo dedicado a Tàpies estuviera en otra ciudad como París o Nueva York el espacio estaría siempre lleno de colas. El trabajo de la Galería Mayoral ha sido abrir un debate propio de un gran museo. Para ello cuenta con el apoyo de las once piezas, en su mayoría de gran formato, que forman parte de esta exposición, esta puerta abierta a hablar/debatir/contemplar.