Esta vez los que se han manifestado antes del encierro han sido ellos, los vecinos de Tordesillas. Defendían el Toro de la Vega de siempre. Pero una cosa es el deseo de algunos vecinos y otra la ley. Por primera vez un decreto impedía que el toro fuera alanceado en el encierro aunque los animalistas no se fiaban y estaban allí para asegurar que se cumplía la ley. Pelado salía del corral a las 11 de la mañana. Primero recorría las calles de Tordesillas, acompañado de centenares de mozos para más tarde adentrarse en la Vega, allí tradicionalmente era alanceado hasta la muerte.

Pelado ha sobrevivido al encierro aunque su final es el mismo que el de sus antecesores, la muerte.