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El blindaje de Griñán como senador que rechaza el PP pone en un brete a IU

La Razón
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Los cambios en el cupo de senadores autonómicos son una pieza más del relevo exprés ideado por el PSOE tras el avance en la investigación de la juez Alaya, que se materializó el martes con la petición de imputación o imputación provisional de los ex presidentes Chaves, Griñán y otros cinco ex consejeros, entre ellos Carmen Martínez Aguayo y Antonio Ávila. La Cámara autonómica aborda hoy, en el punto tercero del día, la designación como senadores en representación de la comunidad de Griñán, del vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, y de María del Mar Moreno, que acaba de cesar como consejera. Sustituyen al portavoz parlamentario socialista Francisco Álvarez de la Chica, al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, y a la parlamentaria de esta formación Antonia Moro.

Se trata de un trámite incómodo para el PSOE, pero también para los socios de gobierno de IU. El movimiento de piezas responde a las necesidades judiciales y orgánicas del PSOE. Griñán busca el aforamiento del Tribunal Supremo –como parlamentario le corresponde el TSJA– que sólo tendría si siguiera como presidente andaluz. De esta forma sortea el juzgado de Alaya, aunque la magistrada le dé la posibilidad, según recoge el auto del martes, de formar parte del proceso «en calidad de imputado». Por su parte, Mario Jiménez escala hacia la Cámara Alta para posicionarse de cara a un salto a la dirección nacional del partido. También se tiende una prudente distancia de seguridad entre dos dirigentes socialistas (él y Susana Díaz) que han rivalizado soterradamente por asumir el máximo poder a nivel orgánico e institucional.

Salvo sorpresa , Izquierda Unida aprobará la maniobra, dando cobertura al ajuste de piezas que ha propiciado la instrucción judicial de los ERE. El Partido Popular, sin embargo, ya ha dejado claro que no va a prestar su complicidad. El secretario general de la formación en Andalucía, José Luis Sanz, pidió ayer la retirada tanto de la iniciativa que se debate hoy para nombrar a Griñán senador, como de la que se abordará en el próximo Pleno para que la ex consejera de Hacienda Carmen Martínez Aguayo, también alcanzada por el último auto de Alaya, pase a la Mesa de la Cámara. «No vamos a apoyar que ningún imputado se vaya a la Mesa del Parlamento o al Senado, buscando el burladero antes de que lo coja el toro de la corrupción», deslizó en referencia al ex presidente Griñán. El otro senador que también goza de aforamiento del Supremo en el caso de los ERE es José Antonio Viera, al que el partido colocó estratégicamente en la Cámara Alta en las últimas elecciones, ya que los atestados de la Guardia Civil destacaban su «papel esencial» en la trama. Fue de hecho el que firmó, siendo consejero de Empleo, el Acuerdo Marco de julio de 2001 que propició todo el cúmulo de irregularidades posterior y que se considera punto de arranque del caso.

Aprovechando este difícil equilibrio que mantiene IU, el secretario general del PP-A invitó a los afiliados de la coalición de izquierdas a que dirijan dos preguntas al máximo dirigente de la formación, Antonio Maíllo: «¿Qué tiene que pasar para que dirigentes de IU recuperen la vergüenza política?» y «¿hasta cuándo IU seguirá ejerciendo de tapadera?».

El trámite parlamentario de hoy es sencillo. No hay debate entre los grupos y la votación es secreta. Cada diputado emite una papeleta en la que señala o no los nombres de los nuevos senadores. No existe el voto en contra. Con un voto afirmativo, la designación sale adelante. Aunque todo apunta a que Griñán va a ser el senador autonómico con menor respaldo de la democracia.