Estados Unidos
¿Creen en la Casa Blanca en los ovnis?
A juzgar por las declaraciones de sus inquilinos, sí. La lista de afirmaciones favorables a la parafernalia alienígena pronunciadas por presidentes, secretarios de estado, astronautas, intelectuales y demás celebridades de la política estadounidense es prácticamente inagotable. El más explícito fue Jimmy Carter. En 1976 reconoció a los periodistas que seguían su campaña electoral que él mismo había experimentado un avistamiento. «No me río de nadie que diga que ha visto un ovni –aseguró–. Yo mismo he vivido esa experiencia y fue una de las más dramáticas de mi vida». Se refiere a la visión en octubre de 1969 de un grupo de luces de colores del tamaño de la Luna. Durante 10 minutos aquellas luces siguieron a Carter y a sus acompañantes antes de desaparecer sin dejar rastro. «Si me eligen presidente de Estados Unidos, prometo que revelaré al público y a los científicos hasta la última pizca de información que las autoridades tengan sobre la visita de seres de otros mundos». Bill Clinton también se permitió tener su desliz creyente cuando afirmó: «Tengo el empeño de encontrar la respuesta a dos preguntas que me obsesionan: quién mató a JFK y si existen realmente los ovnis». Quizá le podría haber ayudado a encontrar una respuesta a su segunda pregunta su antecesor Ronald Reagan, quien en 1974 relató la siguiente experiencia: «Estaba en el avión la semana pasada cuando me entretuve un rato mirando por la ventana. Entonces vi una luz blanca zigzagueante. Me levanté hasta la cabina del piloto y le pregunté: ¿has visto alguna vez algo parecido? Estaba asombradísimo; me contestó que no. Le pedí que siguiéramos a aquella luz. Lo hicimos durante varios minutos. Era brillante y blanca. La perseguimos hasta Bakersfield y fue allí donde, ante nuestros ojos como platos, se fugó directamente hacia el cielo. Cuando bajé del avión se lo conté a Nancy, pero preferimos no emitir ningún informe sobre ello: en aquella época te podían tomar por idiota si contabas que habías viso un ovni».
Más casos. Gerald Ford, en una carta a L. Medel Rivers cuando era congresista declaró: «No tengo duda de que has seguido el reciente flujo de noticias sobre objetos voladores no identificados. Estoy especialmente interesado en estas cosas porque muchos de los supuestos avistamientos se han producido en mi Estado, Michigan, porque creo que hay fundamento en buena parte de estos informes y porque me parece que el pueblo americano merece una explicación más profunda que la que le están dando las Fuerzas Armadas».
Esta aparente complacencia de los presidentes hacia el fenómeno ovni no es exclusiva de los Estados Unidos. Lean estas dos declaraciones y luego traten de adivinar quién las ofreció: «El fenómeno de los ovnis es serio y real. Sé que hay instituciones científicas que lo estudian y debe ser tratado con seriedad». «El contacto con extraterrestres es un fenómeno real. El Vaticano recibe numerosa información sobre el tema desde nuncios en varios países como México, Chile y Venezuela». La primera frase la hizo pública el entonces presidente de la Unión Soviética Mikhail Gorbachov. La segunda es obra de Monseñor Corrado Balducci, miembro de la Curia vaticana y amigo personal de Juan Pablo II.
¿Qué provoca la sensación de «nudo en la garganta»?
Cuando tragamos, ponemos en marcha un complejo mecanismo de coordinación entre un movimiento voluntario que se inicia en la faringe y otro automático a lo largo de todo el esófago En situaciones de especial emoción se alteran, e incluso se detienen, las contracciones automáticas del esófago. Así, intentar tragar saliva es imposible mientras el órgano no recupere su habitual cadena de contracciones. Eso es lo que da lugar a la sensación de «nudo».
¿Cuál es la mayor descarga eléctrica que podríamos aguantar?
La respuesta a esta pregunta no depende solo de la potencia. Influyen la fuerza de la descarga, el número de amperios, las condiciones del individuo. A mayor intensidad, mayores lesiones: quemaduras por contacto, parada cardíaca, contracciones de los músculos respiratorios (asfixia)... La duración multiplica los efectos de la intensidad. También influyen el tipo de corriente (la alterna produce más paradas cardíacas que la continua) y el trayecto recorrido (si entra y sale por el mismo lado es menos grave que si atraviesa el tronco).
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