Ecologismo
¿A qué velocidad crecen las plantas?
El avance del tallo buscando el cielo, el brote de las ramas, el crecimiento de las hojas y los frutos ocurren a un ritmo demasiado lento como para que podamos percibirlo con nuestros propios ojos. Pero el mundo vegetal lleva su propio paso. Y en él también hay carreras. La mayoría de los vegetales presentan diferentes fases de crecimiento en las que la velocidad de desarrollo varía. Al principio, la capacidad de división celular es menor y el aumento de tamaño por unidad de tiempo también es menos apreciable. En la fase adulta, la planta puede mantener una velocidad mayor de crecimiento durante un largo periodo. Llegado a la senescencia, el sistema vegetal frena su crecimiento. Una de las plantas que más rápidamente crece en el planeta es el bambú. En concreto, la especie Phyllostachys bambousoïdes puede crecer hasta un metro cada día. La leyenda dice que, si te quedas quieto contemplándolo, podrás llegar a ver como aumenta de tamaño. Evidentemente no es más que una bella ficción.
Para lograr su crecimiento, las plantas tienen que enfrentarse a otro gran reto: hacer que la savia nutriente llegue desde las raíces hasta la parte más alta del tallo y las hojas. Actualmente cualquier bomba de succión de agua no es capaz de elevar el líquido más de 10 metros a una presión atmosférica normal, mientras que el árbol de la secuoya, por ejemplo, puede subir la savia a 100 metros de altura .La capacidad de «bombeo» de los vegetales es realmente sorprendente
A pesar de que la gravedad impulsa a los cuerpos hacia el centro de la Tierra, las plantas siempre se las ingenian para crecer hacia lo alto. Pero, ¿cómo saben qué es «arriba» y qué es «abajo»?
A lo largo del tiempo, las plantas han ido desarrollando una serie de estrategias para captar la máxima cantidad de luz solar a través de sus hojas. Eso se llama fototropismo positivo y se consigue mediante una serie de proteínas sensibles a la luz. Una de ella es la auxina. Esta sustancia produce que el tallo se estire hacia la parte más alejada de la luz y la planta crezca hacia el lado contrario.
Pero cuando la semilla está enterrada en el suelo y no recibe luz es la fuerza de gravedad la que atrae al líquido interior de las células de la semilla indicando el lado hacia el que deben crecer los brotes.
¿Por qué sentimos mariposas en el estómago?
Según algunos estudios, el responsable es nuestro «segundo cerebro». Científicos norteamericanos han demostrado que los 100 millones de células que rodean el tracto digestivo funcionan como una especie de cerebro secundario abdominal, dedicado a controlar gran número de reacciones de nuestro cuerpo en correspondencia con los procesos psíquicos. Sus informaciones influyen por medio de una serie de transmisiones nerviosas sobre las decisiones que toma el cerebro «pensante». Según confirman estos estudios, los sentimientos y las intuiciones suben «de las tripas», junto con otras muchas señales procedentes del vientre, como las náuseas, el vómito y el dolor.
¿Por qué si miramos al Sol nos apetece estornudar?
A este fenómeno se le llama estornudo fótico, y le pasa a entre el 15 y el 25% de las personas. Puede deberse a una disfunción congénita en el envío de señales desde las terminaciones nerviosas del trigémino al cerebro. La hipótesis es que la sobreestimulación luminosa de las zonas oculares conjuntiva y córnea estimula a su vez la zona del nervio trigémino (encargado de la sensibilidad de la región), lo que provoca el reflejo de estornudo.
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