Atenas
El universo Wibbi de Alonso Aznar
El benjamín del ex presidente del Gobierno y Ana Botella ya ha lanzado su app para ligar mientras se mantiene como uno de los solteros de oro nacionales
Un encuentro fortuito durante un viaje de fin de carrera por Atenas, Roma y Estambul supuso el comienzo de una de las relaciones más consolidadas del panorama político español: el matrimonio formado por José María Aznar y Ana Botella. Pero para las nuevas generaciones las casualidades no se esperan, se fuerzan: consciente de que los tiempos son diferentes y que los jóvenes de hoy en día tienen otros códigos de romanticismo, ahora su hijo menor, Alonso, se lanza a un nuevo proyecto empresarial, la aplicación móvil Wibbi, que favorecerá el contacto entre personas que comparten un mismo espacio. Romper el hielo nunca había sido tan fácil. Se trata de una app gratuita y cuyo funcionamiento es, según lo califica el benjamín de la familia Aznar Botella, «sencillo»: «Cuando llegas a un sitio haces ‘‘check-in’’ y esto te da acceso a los perfiles de los usuarios que también han hecho ‘‘check-in’’ en ese mismo lugar, y a partir de ahí entras en el “mundo Wibbi” y tienes distintas herramientas para ponerte en contacto con ellos», asegura. Auspiciados por las nuevas herramientas de comunicación, la inmediatez y cierto frenetismo se han impuesto en todos los ámbitos, hasta en el flirteo. «Estamos viviendo una revolución tecnológica sin precedentes, las redes sociales han cambiado totalmente la forma de comunicarse y relacionarse entre las personas. Facebook tiene mas de 1.000 millones de usuarios y continúa creciendo. Hay mas de 1.500 millones de personas en el mundo que utilizan ‘‘smartphones’’. Intentamos adaptarnos a una tendencia en la que el consumidor demanda tener acceso a todo, desde un móvil o tableta y en tiempo real».
Aunque rehúye de los «flashes» y le dan alergia las entrevistas, Alonso siempre ha sido el hijo más enigmático y atractivo del ex presidente del Gobierno. Su personalidad y su aspecto físico, una prodigiosa mezcla de los «must» conservadores con cierto aire rebelde, le han valido tanto para postularse como sucesor político de sus padres (a pesar de que ninguno de los hijos del matrimonio ha mostrado interés por la política) como para encumbrarlo en las listas de solteros de oro nacionales. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y afincado en Londres, trabaja desde hace dos años en la banca, se ha convertido en una de las caras visibles de este proyecto, en el que hay «involucradas unas 30 personas, con una media de edad en torno a los 27 años», asegura el benjamín de los Aznar. En esta aventura empresarial le acompañan hijos de la «jet set» española como Fernando Nicolás –del que también es socio en el local gastronómico Pipa&Co, en el madrileño Paseo de La Habana– o Pablo Trapote. La aplicación está llamada a ser una de las herramientas de «dating» (cita rápida) más solicitadas del mercado, ya que introduce una novedad respecto a las existentes: la de poner «en contacto a personas que ya se encuentran en un mismo lugar, desde universidades, conciertos, restaurantes, discotecas, parques o centros comerciales». Aunque de momento sólo estará disponible en Madrid, –«a principios de 2015 empezaremos con la promoción en otras ciudades dentro y fuera de España», adelanta Alonso– podría convertirse en una de las apps de ligoteo más populares entre los jóvenes. Eso sí, por más que faciliten los siempre embarazosos primeros contactos, parece que, al menos por ahora, el pequeño de la familia Aznar no está dispuesto a seguir los pasos de sus hermanos mayores: José María, casado desde 2011 con Mónica Abascal, tiene dos hijos, Valvanuz, que tiene un año y medio, y José María, que nació el pasado mayo. Por su parte, Ana, la única hija del ex presidente del Gobierno, se casó en 2002 con Alejandro Agag, con quien tiene cuatro hijos: Alejandro, Rodrigo, Pelayo y Alonso (de 10, 9, 6 y 3 años, respectivamente). Al benjamín de Ana Botella, de momento, ni siquiera se le ha conocido pareja formal y prefiere disfrutar de su soltería a caballo entre Londres y España, donde tiene sólidas amistades en el mundo empresarial como Rosauro Varo, Javier Hidalgo y Alfonso de Borbón.
La timidez ya no es excusa
El flirteo es un arte que, habitualmente, requiere de don de palabra, por lo que muchos perecen en el intento de «plasmar» sus deseos. Sin embargo, la tecnología ha facilitado las cosas. Una vez haces «check-in» e identificas a otros usuarios, Wibbi te permite intercambiar mensajes predefinidos del tipo, «¿Te apetece una copa?», «¿Qué planes tienes?» o «Te invito a lo que quieras», códigos que buscan agilizar el diálogo entre desconocidos. En caso de que la timidez ni siquiera permita una primera introducción, la app también dispone de una herramienta llamada Match, que hace posible que dos usuarios sepan si se gustan, sin tener que delatar sus intenciones o temer el rechazo.
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