Tensión en Kosovo
«Vučić se enfrenta a protestas en Belgrado e intenta inflamar el nacionalismo para recuperar el apoyo popular»
Marko Attila Hoare, profesor de la Escuela de Ciencia y Tecnología de Sarajevo, atribuye al presidente serbio la escalada de las tensiones en Kosovo
Días antes de que estallaran los enfrentamientos entre los nacionalistas serbios del norte de Kosovo y las fuerzas de la KFOR desplegadas en la zona, que se saldaron con 30 soldados heridos, el presidente serbio Aleksandar Vučić hacía frente en Belgrado a una nueva ronda de protestas multitudinarias de la oposición por los tiroteos masivos que sacudieron el país a principios de mayo. «Es poco probable que jugar la carta nacionalista le salve», señala en conversación con LA RAZÓN Marko Attila Hoare, profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Escuela de Ciencia y Tecnología de Sarajevo.
¿Cuáles son las causas de este nuevo brote de violencia?
El norte de Kosovo no está bajo el control del Estado kosovar y la población serbia se resiste a integrarse. Por eso boicotearon las elecciones locales en cuatro municipios, en los cuales fueron elegidos alcaldes albaneses sin el mandato democrático de los serbios locales, que se revuelven contra los esfuerzos del Gobierno de Kosovo por instalarlos en sus cargos. Sin embargo, el conflicto se ha recrudecido deliberadamente por el régimen del presidente Aleksandar Vučić en Serbia, que controla a los nacionalistas serbios de Kosovo. No actúan sin sus indicaciones. Vučić se enfrenta a masivas protestas antigubernamentales en Belgrado e intenta inflamar el nacionalismo para recuperar el apoyo popular.
¿Qué papel juegan Estados Unidos y la Unión Europea?
Los dirigentes occidentales han estado cultivando sus relaciones con Vučić con la esperanza de alejarlo de la órbita de Rusia, por lo que le están dando cierto margen para comportarse de forma agresiva en Kosovo. Los ataques a los soldados de la KFOR revelan las consecuencias de esta política occidental, pero la condena de Washington y Bruselas se ha dirigido hasta ahora contra los dirigentes de Kosovo y no contra los de Serbia. En estas circunstancias, es poco probable que disminuyan las tensiones, aunque es difícil que Vučić llegue a un conflicto armado directo con la OTAN.
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, se ha defendido de las críticas de EE UU, la UE y la OTAN.
Más que otros políticos kosovares, Kurti ha seguido durante mucho tiempo una política independiente de Occidente y se ha mostrado repetidamente dispuesto a resistir y desafiar los dictados occidentales, no sorprende que los líderes occidentales se apresuren a culparle. Aunque, teniendo en cuenta que Kosovo es un aliado leal de Estados Unidos y la OTAN, mientras que Vučić mantiene una posición intermedia entre Occidente y Rusia, resulta sorprendente que la UE, EE UU y la OTAN centren su condena únicamente en Kurti y no en Vučić. Es un mal presagio para la futura estabilidad de la región.
¿Cuáles son las implicaciones para el proyecto de ampliación de la UE?
Parte del problema es que la ampliación de la UE lleva años paralizada, lo que elimina los incentivos para que los gobiernos de los Balcanes lleven a cabo reformas y mejoren las relaciones con sus vecinos. Bruselas debería acelerar el proceso de adhesión de los países de los Balcanes Occidentales si quiere que la región progrese. Pero falta voluntad, en parte por la hostilidad de algunos Estados miembros a la adhesión de países con una población musulmana considerable. El peligro es que la UE sea demasiado estrecha de miras para tomar medidas más radicales que podrían mejorar la situación, y permita que los Balcanes Occidentales sigan estancados sin perspectivas de adhesión en un futuro próximo.
¿Ve posible un intercambio de territorios o una federalización de los municipios de mayoría serbia en Kosovo?
Es poco probable que Kosovo acepte un intercambio de territorios o algo que se acerque a una federalización real. Se baraja la posibilidad de una “Asociación de Municipios Serbios” más limitada, pero esto también podría ser utilizado como herramienta por Belgrado en sus continuos intentos de desestabilizar Kosovo. Es probable que el conflicto se mantenga sin solución en un futuro próximo y que continúe la inestabilidad.
En el contexto nacional serbio, ¿podría pasarle factura a Vučić no ser lo suficientemente contundente?
Serbia no se encuentra en una posición lo suficientemente fuerte como para ser muy contundente respecto a Kosovo y la OTAN, sus opciones son limitadas. La oposición política a su régimen no se debe en última instancia a su fracaso en el ámbito de la política nacionalista, y es poco probable que jugar esta carta le salve.