Guerra en Europa

Ucrania tarda solo unas horas en cruzar la línea roja marcada por Rusia y ataca su territorio con armas de EEUU

Destruye un sistema antiaéreo ruso en Belgorod con un HIMARS estadounidense. Moscú había llegado a hablar incluso de "casus belli" si esto se producía

El Ejército ucraniano ha tardado solo unas horas en cruzar la última línea roja que le había marcado el Kremlin y ha utilizado el armamento que le han proporcionado sus aliados occidentales, y en concreto nada menos que Estados Unidos, para atacar en suelo ruso.

Según ha informado el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington, que cita información geolocalizada de fuentes abiertas, Ucrania ha hecho uso por primera vez del permiso recibido de EEUU y otros aliados occidentales para utilizar el armamento que le envían contra ciertos objetivos militares situados dentro de Rusia destruyendo con un HIMARS de fabricación estadounidenseun sistema antiaéreo desplegado en el óblast ruso de Bélgorod.

“Las fuerzas ucranianas han golpeado una batería de defensa aérea rusa S-300/400 en el óblast de Bélgorod, presumiblemente con (un sistema) HIMARS, el 1 o el 2 de junio”, escribe en su parte diario sobre el conflicto el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington, informa Efe.

El ISW añade que el sistema de defensa aérea destruido parcialmente estaba situado al norte de la ciudad de Bélgorod, capital regional del óblast homónimo.

De confirmarse este ataque, tiene especial relevancia porque en los últimos días Moscú ha puesto mucho empeño en advertir de que podía considerar como un casus belli un ataque de estas características, e incluso ha amenazado a Estados Unidos con "consecuencias fatales" si cometía este "error de cálculo".

Lo siguiente será ahora saber si, como en otras ocasiones, Rusia da marcha atrás en sus amenazas o si mantiene el pulso con Ucrania y especialmente sus aliados, lo que provocaría una escalada de complicadas consecuencias.

“El S-300/400 estaba situado a unos 60 kilómetros de la actual línea del frente en el norte del óblast (ucraniano y fronterizo con Bélgorod) de Járkov y a más de 80 kilómetros de la ciudad de Járkov, lo que queda dentro del alcance de los HIMARS pero excede el de otros sistemas múltiples de lanzamiento de cohetes” con los que cuenta Ucrania, señala el ISW.

La destrucción con armas occidentales de un sistema de defensa aéreo ruso fue confirmada anoche en su cuenta de Facebook por la viceministra ucraniana de Reintegración de los territorios ocupados, Irina Vershchuk, que no especificó el tipo de armamento utilizado en el ataque.

Ucrania ha recibido en las pasadas semanas permiso de más de una decena de países aliados para golpear ciertos objetivos militares rusos situados dentro de la Federación Rusa con el armamento que éstos envían a Kiev. Hasta ahora no le permitían utilizar sus armas para atacar territorio ruso por temor a posibles represalias de Moscú.

Estados Unidos ha sido uno de los últimos en sumarse a la lista de países que levantan la prohibición, aunque sigue limitando el uso de sus armas a ciertos objetivos militares dentro de Rusia que los rusos utilizan para atacar la región de Járkov.

El anuncio de Joe Biden de que aceptaba este uso, aunque con limitaciones, ha ido animando a otros países, entre los que están Alemania, Dinamarca o Países Bajos. Italia, sin embargo, no se atreve a dar de momento ese paso pese a que ha autorizado el envío de defensas aéreas.

La ofensiva transfronteriza lanzada por Rusia a mediados del mes pasado contra la región de Járkov, donde ha conseguido abrir un nuevo frente, disparó la preocupación tanto en Kiev como en las capitales occidentales, informa Efe.

Ucrania inició entonces una campaña para que se le permita atacar con las armas que recibe las concentraciones de tropas, lanzaderas de misiles, sistemas de artillería, aviones y otros objetivos militares que Rusia utiliza para atacar Járkov desde su propio territorio.

La presión ucraniana ha surtido efecto y Kiev ya puede golpear determinados objetivos dentro de Rusia, si bien aspira a que sus socios eliminen por completo las restricciones en el uso de sus armas contra objetivos legítimos que están en territorio ruso.