El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha presentado este miércoles el proyecto de presupuestos generales del Estado para 2025. Las cuentas incluyen un récord de gasto en defensa. «Construiremos lo necesario para que la seguridad de Polonia sea directa y energética», avanzó en rueda de prensa el jefe de Gobierno.

El montante destinado a esta partida ascenderá el próximo curso hasta los 186.000 millones de zlotys, unos 43.000 millones de euros. Y eso que Varsovia ya invierte más del 4% de su PIB en el sector de la seguridad. De hecho, el país registra el porcentaje de gasto más alto entre los miembros de la OTAN, y más del doble de la referencia del 2% establecida por la Alianza Atlántica. Es el quinto socio que más recursos destina en esta materia, por detrás de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia.

«Todavía queda un largo camino por recorrer hasta el mismísimo final, es decir, la firma del presidente, pero el presupuesto está listo... y en una situación objetivamente no de las más fáciles. La guerra obliga a cambiar la estructura del gasto y a modificar las proporciones», explicó Tusk. «El presupuesto está dentro del marco de la responsabilidad, pero es un presupuesto generoso. Queremos que haya crecimiento económico, mantendremos la inflación bajo control todo el tiempo, pero este crecimiento económico significa para nosotros crecimiento económico en el bolsillo de cada polaco y cada polaca».

El primer ministro reconoció que el aumento del gasto en armamento y defensa supone «un gran esfuerzo» para las cuentas públicas, pero puntualizó que «no hay vuelta atrás» en la decisión del Ejecutivo.

Polonia, país fronterizo con Ucrania, ha experimentado en su propio territorio los efectos de la invasión rusa que comenzó en febrero de 2022. Sin ir más lejos, el Mando Operacional de las Fuerzas Armadas polacas denunció el lunes la entrada en su espacio aéreo de un «objeto no identificado», posiblemente un dron, en mitad de la oleada de ataques rusos contra la infraestructura crítica ucraniana. Por eso, el Gobierno de coalición que lidera Tusk ha decidido mantener el rumbo trazado por el anterior Ejecutivo de Ley y Justicia (PiS), que ya se comprometió a aumentar el gasto en defensa hasta el 4% del PIB.

El Gabinete del ultraderechista Mateusz Morawiecki encargó miles de carros de combate, obuses autopropulsados, aviones de combate, lanzacohetes de artillería y nuevos sistemas de defensa antiaérea. Y aunque el nuevo Gobierno se comprometió a revisar algunos de esos acuerdos, ha seguido haciendo hincapié en el gasto en seguridad.