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Trump arrolla a Rubio y Sanders da la sorpresa
El izquierdista se niega a tirar la toalla tras vencer en Michigan, mientras el aparato republicano prepara el derribo del magnate en la convención
El izquierdista se niega a tirar la toalla tras vencer en Michigan, mientras el aparato republicano prepara el derribo del magnate en la convención
El magnate inmobiliario Donald Trump camina con paso firme hacia la Convención Republicana, que se celebrará en Cleveland (Ohio) entre el 18 y el 21 de julio. «Mr. Trump», como le gusta que se refieran a él los medios de comunicación, logró la victoria en otros tres Estados más el martes: Michigan, Misisipi y Hawai. Mientras que el senador de Texas Ted Cruz se hizo con Idaho, el cuarto Estado que se decidía el martes en la carrera republicana. Este triunfo mitigó su fracaso en los dos estados del sur Michigan y Misisipi, donde se esperaba que tuviera un mejor resultado después de haber ganado el fin de semana en Kansas y Maine.
Lanzado, se puso a hablar de sí mismo en tercera persona en uno de sus complejos hoteleros de Júpiter en Florida después de conocerse sus victorias: «Hay sólo una persona que lo ha hecho bien esta noche: Donald Trump. Y hay otro (por Ted Cruz) que dice que ‘‘Yo soy el único que puede ganar a Trump’’. Pero casi nunca me gana», reconoció el «showman» al tiempo que imitaba la forma de hablar del senador de Texas. Las victorias de Trump no dejan ya lugar a dudas, el «establishment» sólo podrá deshacerse de él –si puede– en una convención «brokered» o «contested», que se podría traducir como una «convención concurso». En otras palabras, una convención en la que ningún candidato obtiene el respaldo de los delegados necesarios obtenidos en las primarias para alcanzar la nominación. El candidato de 2012, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney ha desgranado ya la estrategia para deshacerse de Trump en julio. Según Romney, sus rivales tienen que lograr el número justo de delegados para evitar que Trump clame que tiene la mayoría. Un total de 2.472 delegados viajarán hasta Cleveland para votar en la convención. El nominado será aquel capaz de hacerse con al menos 1.237 o más cuando empiecen las votaciones. Incluso se puede boicotear su candidatura aunque Trump se presente en la convención con el mayor número de delegados siempre y cuando no consiga la mayoría en la primera votación a la nominación. Lo que suele ser un trámite se convertirá en el nudo de una cruel batalla por la candidatura presidencial del Partido Republicano.
En el frente demócrata siguen los sobresaltos. La ex jefa de la Diplomacia perdió el martes en Michigan por falta de apoyo entre los independientes, donde además mostró poca fuerza entre los votantes blancos demócratas de clase trabajadora. Fue su rival Bernie Sanders quien se alzó con la victoria. El candidato socialista se convirtió en la gran sorpresa de la noche al imponerse en este Estado (aunque por un margen muy ajustado), pues era Hillary quien lideraba en las encuestas y vuelve a dar alas a Sanders. Aun así, este fracaso no se hizo notar en el número de delegados que ha acaparado hasta ahora.
Mientras, Trump espera dar por terminada la carrera el 15 de marzo en Florida, fecha en la que se celebrará un «mini-supermartes». Deciden los votantes de Carolina del Norte, Illinois, Missouri, Ohio y Florida. Los más importantes son los dos últimos. Si Trump, que lidera las encuestas en ambos Estados, gana, obligará al gobernador de Ohio John Kasich y al senador de Florida Marco Rubio a abandonar la carrera al perder en sus respectivos estados. Según el estudio realizado por Quinnipac y CNN, el neoyorquino cuenta con el 45% del favor del electorado, Rubio con el 22%, Cruz con el 18% y Kasich con el 8%. Mientras, según el mismo sondeo en Ohio, el magnate tiene el 38% del apoyo, Kasich el 32%, Cruz el 16% y Rubio el 9%. Por ello, no está tan claro que pueda vencer a Kasich. Pero sí parece que está hecha su victoria sobre Rubio, cuya candidatura está prácticamente en estado vegetativo.
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