Armamento

Un triciclo infantil recuerda que el riesgo de un nuevo uso de armas nucleares es real

La pieza, fundida en bronce, recrea el triciclo original que montaba Shinichi Tetsutani, de tres años de edad, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945

El triciclo original que montaba Shinichi Tetsutani, de tres años de edad, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945.
El triciclo original que montaba Shinichi Tetsutani, de tres años de edad, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945.La Razón

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja exhibe desde este miércoles en su museo en Ginebra una escultura en homenaje a las víctimas de la bomba atómica que arrasó Hiroshima en 1945, coincidiendo con un convulso contexto internacional que eleva el riesgo del uso de armas nucleares. La pieza, fundida en bronce, recrea el triciclo original que montaba Shinichi Tetsutani, de tres años de edad, cuando Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945.

"Es muy significativo que tengamos este triciclo en Ginebra en un momento en el que el riesgo de uso de armas nucleares nunca ha sido mayor", comentó en declaraciones a EFE la directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), Melissa Parke, oenegé que ha encargado y donado la obra al museo del Movimiento Internacional de la Cruz Roja.

Con la historia de Shinichi como hilo conductor, ICAN busca rendir homenaje a las más de 140.000 víctimas de los bombardeos atómicos perpetrados por Estados Unidos contra Hiroshima y Nagasaki a finales de la Segunda Guerra Mundial, de las cuales más de 38.000 eran niños.

Al alcance de todos

Shinichi, que murió pocas horas después del ataque a consecuencia de las graves quemaduras, fue enterrado junto al triciclo en el jardín de su casa, donde permaneció hasta 1985, cuando la familia trasladó sus restos a una tumba familiar y donó el juguete al Museo de la Paz de Hiroshima.

Ahora esta réplica pretende acercar el espíritu del niño a otras partes del mundo, algo que se refleja también en la ubicación elegida para ella, en la entrada del museo y de acceso gratuito, en un esfuerzo por recordar a los visitantes que estas tragedias están más cerca de lo que parecen.

"Detrás de cada conflicto, pasado o presente, siempre hay historias personales y únicas que nos recuerdan nuestra humanidad común", comentó en la inauguración de la obra el director del museo, Pascal Hufschmid.

Esta es la premisa que siguieron también los creadores de la obra, Akira Fujimoto y Cannon Hersey, autores del proyecto "Memoria Futura", una serie colaborativa de obras de arte de la que forma parte esta pieza y que busca que los recuerdos de la guerra no se borren de la historia.

La familia Tetsutani, también presente en el acto, agradeció a los artistas por haber dado a conocer la historia de Shinichi, algo que la portavoz familiar, Hitomi Hasebe, aseguró es muy útil ya que "más que hablar de hechos que sucedieron en el pasado, ayuda a transmitirlos a través de un objeto tan cotidiano como un triciclo".

El riesgo de ataque nuclear, en máximos históricos

Según un reciente informe lanzado por ICAN, el actual conflicto en Ucrania ha elevado el riesgo de que se produzca un ataque nuclear, que afectaría de forma "única y desproporcionada" a los niños con respecto al resto de la población.

"Las armas nucleares tienen un impacto desproporcionado en los niños debido a los efectos ionizantes de la radiación en sus cuerpos, así como a su mayor susceptibilidad a las quemaduras y a lesiones por explosión", explicó a EFE la directora ejecutiva de ICAN.

"El triciclo es un símbolo conmovedor de por qué hay que eliminar urgentemente las armas nucleares y de que todos los países deberían adherirse al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares", del que no es parte ni Rusia, Estados Unidos, ni el propio Japón, en otros países.