Ofensiva

Ucrania ya controla 1.000 kilómetros de territorio ruso tras una semana de incursió en Kursk

Putin ordena a su ejército que «expulse» a las fuerzas ucranianas de Rusia y cierra la puerta a negociar con Kyiv

Kursk (Russian Federation), 11/08/2024.- A handout picture made available by Mayor of Kursk Igor Kutsak shows an apartment building damaged by falling debris from a downed Ukrainian missile in Kursk, Russia, 11 August 2024. Acting Governor of Kursk Region Alexey Smirnov reported at least 13 injured, two of them in serious condition. (Rusia, Ucrania) EFE/EPA/IGOR KUTSAK HANDOUT HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALESHANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES
Un edificio de Kursk (Rusia) alcanzado por un proyectil ucranianoIGOR KUTSAK HANDOUTAgencia EFE

Vladimir Putin subrayó ayer que la principal tarea del Ministerio de Defensa ruso es «expulsar al enemigo de nuestro territorio y garantizar un control fiable de la frontera». Lo dijo en una conversación con los dirigentes del país y los gobernadores regionales de Kursk y Belgorod, mientras la incursión ucraniana estaba a punto de entrar en su segunda semana.

Putin sugirió que Ucrania ha estado tratando de mejorar su posición negociadora mediante un ataque sorpresa, mientras que «el Ejército ruso sigue avanzando a lo largo de toda la línea del frente». «¿Pero de qué tipo de negociaciones podemos hablar con aquellos que atacan indiscriminadamente a civiles e infraestructuras civiles o intentan crear amenazas a las instalaciones de energía nuclear?», aseguró indignado en el día 901 de invasión, que ha provocado la muerte de decenas de miles de ucranianos y la ocupación de la central nuclear en Zaporiyia.

Esta vez Putin intentó parecer más optimista, en contraste con su aspecto desorientado inmediatamente después del inicio de la incursión el martes pasado. «Las pérdidas de las Fuerzas Armadas de Ucrania están aumentando drásticamente. El enemigo recibirá una respuesta digna y se lograrán todos los objetivos de la operación militar especial», aseguró.

En la región de Kursk, 28 localidades permanecen bajo control ucraniano, afirmó su gobernador Alexei Smirnov. «La profundidad de penetración en el territorio de la región de Kursk es de 12 kilómetros, la anchura es de 40 kilómetros», explicó a Putin, informando de la muerte de 12 civiles. Hasta ahora, alrededor de 121.000 residentes han abandonado las zonas fronterizas. Un total de 180.000 personas están sujetas a evacuación, añadió el gobernador.

Las evacuaciones también han comenzado en uno de los distritos de la región de Belgorod, informaron sus autoridades, en el contexto de los ataques de las fuerzas ucranianas desde el otro lado de la frontera. Smirnov señaló que uno de los problemas es la falta de una línea de frente clara con fuerzas ucranianas operando en las zonas atacadas.

El Kremlin resta importancia a los éxitos de la operación ucraniana y a la magnitud de su reacción, subrayan los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra de EE UU. Ayer, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, finalmente reconoció directamente la operación ucraniana en Kursk. «Hoy vamos a discutir la situación en el frente, en nuestros territorios temporalmente ocupados y no sólo allí», aseguró en la reunión con los dirigentes del país dedicada a la defensa en curso.

«Continúo la operación ofensiva en el territorio de la región de Kursk. A día de hoy, tenemos bajo control unos 1.000 kilómetros cuadrados del territorio de la Federación Rusa», dijo a Zelenski el comandante en jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Sirski.

Se desconoce el número de soldados ucranianos en Kursk, aunque se cree que en la incursión participan miles, y no cientos. También se han avistado tanques modernos y vehículos blindados cerca de la frontera en la región ucraniana de Sumy, aunque las pruebas fotográficas de Kursk siguen siendo escasas. En un intento de demostrar que la situación está bajo control, Rusia ha estado haciendo resurgir viejos vídeos de ataques contra las fuerzas ucranianas, subrayan también analistas de fuentes abiertas.

Según estimaciones conservadoras, al menos 44 y hasta 54 localidades rusas podrían estar bajo control ucraniano, informó ayer DeepState, un influyente portal de análisis militar. Han aparecido numerosos vídeos con soldados rusos capturados, incluidos al menos 50 combatientes de las unidades de fuerzas especiales «Ajmat», bajo el control del líder de Chechenia y partidario de Putin, Ramzan Kadyrov.

Los combatientes de «Ajmat» rara vez son capturados debido a que suelen estar estacionados en la retaguardia, pero la situación «se desarrolló dinámicamente» en la región de Kursk y estos combatientes de Ajmat «ni siquiera intentaron resistirse», comentó la inteligencia militar de Ucrania.

La expansión de la zona bajo control ucraniano probablemente se ha ralentizado a medida que han comenzado a llegar refuerzos rusos a la región de Kursk. Además, las fuerzas ucranianas llegaron a áreas más pobladas, que requieren más esfuerzos para asegurar el control, señalan los analistas militares ucranianos.

La escasez de fuerzas y equipos puede eventualmente impedir que Ucrania se adentre más en Rusia y logre resultados aún más ambiciosos, advierten. Sin embargo, su éxito inicial muestra lo que los ucranianos pueden lograr si tienen tanto las herramientas como la libertad para luchar contra Rusia, escribe Phillips O’Brien para «The Atlantic».

Ucrania ha logrado una vez más el éxito al revertir las tácticas que aseguraron su éxito anterior: permanecer callada sobre sus objetivos, atacar en el lugar más vulnerable y actuar rápidamente. No obstante, el reconocimiento de Sirski de que Ucrania está llevando a cabo una «operación ofensiva» puede significar que sus fuerzas se quedarán allí mucho tiempo.

Algunos creen que esto da más motivos para creer que Ucrania va a tratar de intercambiar «territorios por territorios» con Rusia, liberándose de los ultimatos que Putin ha tratado de imponer. Una vez más, también daña la idea de la invencibilidad de Rusia al subrayar sus muchas debilidades y reavivando el optimismo entre los cansados ​​ucranianos y sus vacilantes aliados en el extranjero.