Ampliación

Rusia tomará "contramedidas" tras el ingreso de Finlandia en la OTAN

El ministro de Defensa ruso advierte de que la Alianza Atlántica está reforzando su curso "antirruso", lo que "lleva a una escalada del conflicto"

Lo que ayer era un temible rumor para Rusia hoy es ya un hecho. Con la entrada de Finlandia en la OTAN, el Kremlin ve crecer las amenazas que vienen del exterior, precisamente todo lo contrario de lo que pretendía conseguir con la puesta en marcha de su operación militar especial hace más de un año en Ucrania. Con la adhesión del país escandinavo la Alianza Atlántica ve aumentada su frontera directa con Rusia en más de 1.300 kilómetros, sin saber de momento si se desplegarán en ese país misiles que apunten a Moscú. Un tiro que le ha salido por la culata al Kremlin, que siempre ha justificado su campaña en Ucrania como algo preventivo ante el riesgo de que esta exrepública soviética pudiese ingresar en la Alianza.

Las reacciones no se han hecho esperar. Desde Moscú, Dmitri Peskov, portavoz del presidente Vladimit Putin, prometía una «respuesta» por parte de Rusia a la adhesión de sus vecinos a la OTAN, calificando su ingreso como un peldaño más en la escalada en la relación con la organización. «Eso nos obliga a tomar contramedidas para garantizar nuestra seguridad», asegurando que la OTAN no ceja en su empeño de atentar contra la seguridad e intereses de su país.

Al ser preguntado por la diferencia entre la entrada de Finlandia en la Alianza y la supuesta futura inclusión de Ucrania, Peskov afirmó que «la situación con Finlandia dista radicalmente de la de Ucrania», añadiendo que «Finlandia nunca ha sido anti Rusia y no ha habido litigios» con Helsinki. A pesar de ello, Moscú ya ha anunciado una serie de medidas, aún sin concretar, pero que serán, en todo caso, las que «considere necesarias» para el mantenimiento de su seguridad.

Asimismo, el viceministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushko, declaró igualmente que Rusia responderá al ingreso de Finlandia a la OTAN fortaleciendo su potencial militar en su frontera occidental y noroccidental, avisando de que, «en caso de que se emplacen en Finlandia fuerzas y medios de otros países de la OTAN», se darán «pasos adicionales» para garantizar la seguridad militar de Rusia.

De hecho, adelantó que su seguridad –también aludió a Suecia, que aún no ha ingresado– «se debilitará» tras el ingreso, ya que Moscú se verá obligada a tomar medidas, que anunciará «en su debido momento». «Cualquier amenaza en nuestra dirección será rechazada», subrayó el viceministro de Exteriores ruso.

Una ampliación que ya ha creado una alerta en Rusia porque «crea riesgos de una expansión significativa del conflicto». Las relaciones entre Finlandia y Rusia se han deteriorado considerablemente durante los últimos meses a raíz del conflicto de Ucrania, provocando el cierre de las fronteras terrestres a ciudadanos rusos por parte de las autoridades de Helsinki, además los consulados finlandeses en la Federación de Rusia han pasado de ser los que más visados Schengen concedían a, prácticamente, cerrar el grifo. El comercio entre ambos países también ha caído, tras el cierre de la práctica totalidad de empresas finlandesas que operaban en Rusia, uno de los principales países con quienes mantenían una abultada actividad económica.

El Ministerio ruso de Exteriores publico una nota en la que afirmaba que Finlandia ha sacrificado de manera definitiva su identidad y su independencia. «La política de no alineación militar seguida por Helsinki hasta ahora ha servido durante mucho tiempo a los intereses nacionales de Finlandia y ha sido uno de los factores importantes para asegurar la confianza en la región del mar Báltico y en el continente europeo en su conjunto», apostillaba el comunicado.