Visita de Estado
Xi y Putin abre una "nueva era" de sus relaciones frente a Occidente en medio de la guerra de Ucrania
El presidente chino asegura que ambas naciones están "en el lado correcto de la historia" minimizando la agresión rusa mientras el jefe del Kremlin ve el plan de paz como un buen "punto de partida"
Tras la reunión mantenida ayer entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, no ha quedado claro si el plan presentado por Pekín es del agrado del Kremlin. Podría parecer que sí, aunque no en los puntos más peliagudos, como aquellos que contemplan la devolución total de los territorios ocupados a Ucrania, incluido Crimea. Podría parecer que no porque, según el presidente Putin, Occidente no lo aceptaría. Y en medio de las dudas, el mediador, un Xi Jinping que se resistía a volver a casa sin un compromiso ruso. "Estamos firmemente guiados por los propósitos y principios de la Carta de la ONU, adherimos a una posición objetiva e imparcial, activamente dispuestos a promover la reconciliación y reanudar las negociaciones. Estamos siempre a favor de la paz y el diálogo, estamos firmemente en el lado correcto de la historia", afirmaba Xi defendiendo ese plan de doce puntos que ha costado meses de trabajo.
En todo caso, en Moscú lo valoran como un punto de partida nada desdeñable para un futuro, en el que ambas partes ya no vean tanto sentido en perder tantas vidas humanas en una guerra que pocos entienden. El presidente ruso, lo ha afirmado en la rueda de prensa conjunta considerando “que muchas de las disposiciones del plan de paz presentado por China están en consonancia con la postura rusa y pueden tomarse como base para un acuerdo pacífico cuando estén listos para ello en Occidente y en Kyiv. Sin embargo, hasta ahora no hemos observado tal disposición de su parte”. Parece, según lo expresado por su portavoz oficial, Dmitri Peskov, en un programa de la televisión pública que la valoración de dicho plan de paz ya se habría hecho en las oficinas del Kremlin. Para el representante de Putin "Washington, las capitales europeas, pero antes que nada, Washington está lleno del deseo de no permitir, bajo ningún pretexto, entrar en negociaciones de paz. Simplemente no permiten que Kyiv ni siquiera piense [al respecto]", dijo al ser preguntado en una entrevista horas antes de la reunión al conocerse que desde Washington no veían con entusiasmo la llegada de la paz tras el plan ideado por Pekín.
Con esas posturas inamovibles está claro que las partes han decidido que la guerra debe continuar, y sigue su curso la “Operación Especial”, a punto de cumplir sus primeros 13 meses de muerte. El malestar del presidente Putin por lo que considera “injerencia” de otros países es evidente y así lo manifestó cuando fue preguntado por la entrega de munición con uranio empobrecido por parte del Reino Unido al gobierno de Kyiv, afirmando que “Occidente ha decidido luchar contra Rusia hasta el último ucraniano, no con palabras, sino con hechos”.
A parte de la guerra, los líderes trataron temas de importancia para el fortalecimiento de sus lazos económicos como sentar las bases para formar una gran asociación euroasiática en el futuro o la cooperación energética, incluyendo un aumento del suministro ruso de petróleo a China. También la posibilidad de aumentar las exportaciones de carne y cereales de Rusia a China y continuar incentivando los intercambios en materia tecnológica. Quizás uno de los momentos más importantes del encuentro fue la propuesta rusa de utilizar el yuan chino como moneda en los futuros acuerdos económicos entre la Federación de Rusia y los países de Asia, África y América Latina. Desde las primeras sanciones impuestas a Rusia en 2014, tras la anexión de la península de Crimea, el Kremlin ha intentado desvincularse del dólar norteamericano para sus transacciones internacionales, valorando en un primer momento la utilización del rublo, cosa que parece descartar con esta medida.
Antes de dar por finalizada la comparecencia conjunta anunciaron a los periodistas allí congregados la construcción del gasoducto “Poder de Siberia 2”, cuya finalidad será la de unir la red energética rusa y la china a través de un tercer país, Mongolia. El gaseoducto primigenio puesto en funcionamiento, “Poder de Siberia 1” podría alcanzar una capacidad de bombeo total de 38.000 millones de metros cúbicos para el año 2027. A nadie escapa, hablando de números, que la suma de capacidad de ambos gaseoductos al alcanzar su pleno rendimiento podría suponer la mitad del gas que la Federación de Rusia exportó a la Unión Europea en 2019. Eran otros tiempos, sin duda. Hoy Xi Jinping aprovechará su última jornada de visita en Moscú antes de volver a China sin tener muy claro lo que hablará con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a quien prometió llamar cuando diera por finalizada su visita oficial a Rusia.
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