América Latina
La «motosierra» pasa factura a Milei en Argentina
La popularidad del presidente argentino cae once puntos por su negativa a subir las pensiones y financiar la universidad pública
De acuerdo a todas las últimas encuestas de opinión disponibles en Argentina, la popularidad del presidente Javier Milei descendió dramáticamente. Lejos quedó el 53% de aprobación de la que gozaba en mayo, al 42% registrada en octubre, con cacerolazos y marchas de protestas de por medio. La tolerancia de los argentinos parece haber llegado al límite.
La confianza en el Gobierno ya había sufrido en septiembre la caída más pronunciada desde que el libertario llegó a la Casa Rosada. Así lo había registrado un estudio de la Universidad Torcuato Di Tella, en el que se señala que el índice de confianza en el Gobierno (ICG) de septiembre, decreció un 14.8% respecto a agosto. La cifra está por debajo de la que obtuvieron al cumplir nueve meses en el poder los expresidentes argentinos Mauricio Macri y Alberto Fernández.
El último estudio, el de la Consultora Giacobbe, publicado el pasado fin de semana, da cuenta de que la valoración del mandatario cayó por cuarto mes consecutivo. Milei ya pasó a tener más imagen negativa: 46.2%, que positiva: 42.2%. Hay temas clave que han provocado el descenso de la aprobación presidencial. Por ejemplo, sobre la Ley de Financiación Universitaria, el 56.1% de los encuestados se manifestó en contra.
De hecho, la curva de popularidad cuesta abajo del mandatario argentino tiene fechas clave, lo que demuestra que hubo detonantes, medidas concretas que causaron estragos. De acuerdo al estudio de la Universidad Torcuato Di Tella, la imagen positiva de Milei empieza a descender desde el 8 de septiembre y se precipita el 11 de ese mes. ¿Y qué pasó ese día? «Se confirmó en el Congreso de Diputados el veto presidencial de la Ley de Movilidad Jubilatoria, que afectaba aún más las pensiones de los jubilados, en medio de una represión que dejó como saldo a una niña siendo gaseada», responden desde la consultora.
Por cierto, no fue lo único que ocurrió y que ha pasado factura a la Casa Rosada. Por esos días de septiembre, la inflación de agosto se empezó a notar en las facturas de servicios de energía y gas con aumentos muy marcados. El 13 de septiembre Milei anunció el veto a la Ley de Financiación Universitaria; el día 15, el presidente acudió al Congreso a presentar el presupuesto de 2025 y anunció más ajustes para el próximo año, sin dar tregua a los argentinos. Al día siguiente, se anunció el aumento al billete de tren en Buenos Aires; el 17 de ese mismo mes el presidente ofreció un asado en la Residencia presidencial de Olivos a los 87 diputados que apoyaron el veto a la movilidad jubilatoria, lo que causó rechazo general. Todo esto en una semana.
«Durante los primeros meses de Gobierno de Milei se mantuvo la confianza y la expectativa positiva a pesar de las medidas de gestión que afectaron a la población. La anomalía que estábamos viviendo era que ese brutal ajuste se cumpliera sin protesta social. Ahora estamos viviendo el fin de la anomalía. La esperanza se termina con el último paquete de fideos», asegura Raúl Timerman, consultor y analista de opinión para explicar la difícil situación que viven muchos argentinos.
«Es una tendencia que nos confirma que hay un desgaste, un malestar, una fatiga en un segmento importante de sus adherentes y de sus electores. La gente se enoja con Milei por sus acciones, hay un crecimiento de sentimientos negativos. Está con claridad el enojo, el mismo sentimiento predominante que llevó a Milei al Gobierno en las elecciones», explica a LA RAZÓN Shila Vilker, analista de opinión pública.
Ciertamente, Milei arrastra mucho caudal sea positivo o negativo. Por ejemplo, en la nube de palabras que elaboró hace unos días «Poliarquía», una de las encuestadoras más respetadas, se revela que cuando se le pregunta a la gente quiénes son los responsables de que haya poco trabajo y muchas familias que no pueden llegar a fin de mes, el nombre que surge en mayor tamaño es el de Milei. Ya no es el kirchnerismo, ni la casta, es el presidente, más que el Gobierno mismo.
En medio de todo, hay todavía un bastión seguro a favor de Milei. Cerca de un 38% dice que seguirá apoyándolo. Se trata sin duda de los libertarios incondicionales.
El regreso de CFK
Y como se dice, a río revuelto, ganancia de pescadores. Cristina Fernández de Kirchner se sube a esta creciente ola de impopularidad de Milei. Un día después de haber anunciado que aceptaba la invitación para ser la próxima presidenta del Partido Justicialista (PJ) que aglutina al peronismo, la ex mandataria habló de un eventual plan de Gobierno centrado en «pan, trabajo, pan, unión y educación», justamente los puntos que se achaca a Milei haber descuidado. Kirchner también acompañó la protesta de las universidades en contra del veto presidencial a la Ley de Financiación Universitaria.
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