Mishal al Ahmad, el príncipe heredero con más edad del mundo, toma el relevo tras la muerte del emir de Kuwait

El emir de Kuwait, Nawaf al Ahmad al Sabah, ha fallecido este sábado a los 86 años después de ser ingresado de urgencia en un hospital el mes pasado, informó la televisión oficial kuwaití.

«Con gran tristeza y pesar, lloramos al pueblo kuwaití, a las naciones árabes e islámicas y a los pueblos amigos del mundo, por el difunto Su Alteza el Emir Jeque Nawaf al Ahmad al Jaber al Sabah, quien falleció ante su Señor hoy, sábado», dijo en una breve comparecencia televisiva el ministro de Asuntos de la Casa Real kuwaití, Mohamed Abdulah al Mubarak Al Sabah.

La Casa Real no anunció los motivos del fallecimiento del emir, que fue ingresado a finales del mes pasado en un centro médico por «un problema de salud urgente» del que se desconocían los detalles. Ese día se indicó oficialmente que su salud era «estable», a pesar de la opacidad de la Casa Real.

La salud de los mandatarios de Kuwait sigue siendo un asunto delicado en esta pequeña nación de Oriente Próximo fronteriza con Irak y Arabia Saudí, que ha vivido luchas internas por el poder a las puertas de palacio.

El jeque Nawaf había sido ministro de Interior y Defensa de Kuwait, pero no se le consideraba especialmente activo en el Gobierno fuera de esos cargos. Sin embargo, su elección como emir no suscitó controversia, aunque su avanzada edad llevó a los analistas a sugerir que su mandato sería breve.

Su antecesor, el jeque Sabah, tenía 91 años en el momento de su fallecimiento y durante sus más de 14 años de reinado apenas hubo noticias sobre su estado de salud.

Nawaf tomó el mando como emir en septiembre de 2020 en un momento de parálisis y luchas intestinas por el poder en uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo. Pero delegó a finales del año siguiente «algunas de sus competencias constitucionales» al príncipe heredero, Mishal al Ahmad, de 83 años, quien será el nuevo emir del Estado del Golfo, según la Constitución.

Durante su corto periodo de mandato, el emir realizó varias visitas a países occidentales por motivos médicos, principalmente a Italia, en medio de rumores sobre su deteriorado estado de salud y su incapacidad para seguir al frente del país rico en petróleo.

A lo largo de su reinado, Kuwait se ha consolidado como un importante actor diplomático regional, mediando en disputas como la importante ruptura entre Arabia Saudí y sus aliados, por un lado, y el vecino Estado de Qatar, por otro. Como miembro del cártel petrolero de la OPEP y del Consejo de Cooperación del Golfo, Kuwait es un aliado clave de Estados Unidos y se le consideraba un ancla de moderación.

El jeque Mishal al Ahmed era hermanastro del emir, así como el principal responsable de los servicios de inteligencia y seguridad del Estado, subrayan los expertos. Ya había sustituido al emir en importantes actos políticos e institucionales.

Su llegada al poder ha sido interpretada como un desafío a la tendencia al cambio generacional entre las familias gobernantes del Golfo en favor de una gerontocracia reacia al riesgo y comprometida con la continuidad. No se ha nombrado por el momento un nuevo príncipe heredero, por lo que la línea de sucesión no está clara.