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Cumbre de Río de Janeiro

Los líderes del G-20 presionan a Xi para devolver la paz a Europa

Milei muestra sus discrepancias con su ausencia de la foto de familia de la Cumbre de Río de Janeiro

Los líderes del G20 vuelven a tomarse la foto de familia pero ahora con Biden y sin Milei Antonio LacerdaEFE

La cumbre del G-20 en Brasil ha servido de escenario para todo tipo de reuniones bilaterales. Y uno de los más buscados ha sido el presidente chino, Xi Jinping. El líder asiático se vio el lunes con el primer ministro británico, Keir Starmer, quien había adelantado que buscaría reiniciar unas relaciones «pragmáticas» entre ambas naciones. Pero el encuentro fue complicado, pues Starmer reclamó a Xi por los abusos de derechos humanos contra los uigures en la provincia de Xianjing y las amenazas del régimen chino a Taiwán.

Ayer, la agenda del presidente chino incluyó citas con los líderes de Alemania y Francia. Con el canciller germano, Olaf Scholz, reiteró su deseo de desarrollar lazos con perspectiva «estratégica» y de «largo plazo». «China y Alemania son países importantes con una influencia significativa», dijo Xi a Scholz en el encuentro, según la agencia estatal Xinhua. La reunión se planteó como una oportunidad para abordar conversaciones sobre las guerras en Ucrania y Oriente Medio, los intercambios bilaterales y las condiciones de un comercio global más justo.

China fue el mayor socio comercial el año pasado para Alemania, que enfrenta su segundo año en recesión. El país sufre las consecuencias de los elevados precios de la energía por la invasión de Ucrania por parte de Rusia y su industria automotriz cada vez está más amenazada por la China.

Durante su última reunión, en abril, Scholz pidió a Xi que usara su influencia sobre Vladimir Putin para terminar con la guerra en Ucrania. La invasión también fue central en la reunión bilateral de Xi Jinping con Emmanuel Macron, quien aseguró «compartir» con su par chino «la voluntad de una paz duradera» en Ucrania. Al inicio de un encuentro entre los dos jefes de Estado al margen de la cita en Río, Macron subrayó la «convergencia de visiones» entre Francia y China ante un mundo «cada vez más marcado por inestabilidades, tensiones y guerras».

Xi, por su parte, declaró que el mundo enfrenta «riesgos y desafíos» crecientes y que «los acontecimientos futuros podrían ser más inciertos e imprevisibles» todavía, según un vídeo compartido por la prensa estatal china. «Tengo la intención de trabajar con usted para profundizar la comunicación estratégica, reforzar la cooperación mutua y responder juntos a los cambios y desafíos», añadió.

La guerra de Ucrania finalmente fue incluida en la declaración final de la cumbre del G-20, con un mensaje similar al emitido en 2023: los países acordaron su apoyo a iniciativas «relevantes y constructivas» para una «paz amplia, justa y duradera» en Ucrania.

Xi también se reunió con el presidente de Argentina, Javier Milei, quien durante su campaña el año pasado denostó del gigante asiático pues, afirmaba, no quería negocios con países comunistas. Pero su país necesita dinero y Beijing aumentar su influencia.

La Casa Rosada argentina informó que los líderes analizaron «temas de relevancia para la relación bilateral, incluyendo la cooperación constructiva y la ampliación de las relaciones comerciales». En un comunicado, agregó el Gobierno de Milei que «China expresó su interés en incrementar el comercio, mientras que Argentina manifestó su vocación de diversificar y aumentar su oferta de exportaciones al mercado chino». Xi «expresó su aprecio» a que Milei «manifestó su voluntad de seguir profundizando la cooperación binacional», según Pekín.

Milei acudió al encuentro con una amplia comitiva de su equipo económico, dando cuenta de la importancia de las finanzas chinas para la economía de su país y la necesidad de una aproximación más pragmática respecto a Pekín, que le sirve de soporte financiero a las menguadas reservas australes. Por su parte, China tiene la mirada puesta sobre desarrollos hidroeléctricos, nucleares y portuarios en Argentina, además del acceso al litio y al cobre.

Milei, por cierto, no participó de la foto de familia oficial de la cumbre en Brasil, para disgusto del Gobierno de Luis Inacio Lula da Silva. Fue el único que decidió no participar del retrato que se realizó finalmente ayer.