Irán
Las iraníes podrán entrar hoy, sin disfrazarse de hombre, en el estadio de fútbol
Pequeña victoria para las mujeres de Irán: hoy 3.500 afortunadas disfrutarán del Irán - Camboya
Pequeña victoria para las mujeres de Irán: hoy 3.500 afortunadas disfrutarán del Irán - Camboya
Algo que parece tan común en España como es asistir a un partido de fútbol, entrar en el estadio, y celebrar los goles de tu equipo, es toda una odisea en para las mujeres en Irán. Es más, de un tiempo a esta parte se ha convertido en una de las miles de batallas que libran las iraníes, que tan mermados tienen sus derechos por el simple hecho de ser mujeres.
Así, hoy, algunas afortunadas (3.500 iraníes) podrán disfrutar de su selección por primera vez en 40 años. Tienen permiso del Gobierno para ver el partido entre Irán y Camboya que se juega en el estadio Azadi, en Teherán.
La mala imagen que estaba dando la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), una vez más, ha hecho que se aumente la presión sobre las autoridades iraníes, que finalmente han permitido que existan asientos específicos para mujeres en cuatro sectores del estadio, que cuenta con una capacidad de 78.000 espectadores.
Discriminación
Eso sí, al igual que en los autobuses, el metro y numerosos espacios comunes en Irán, los asientos estarán segregadas por sexo, es decir, mujeres solo con mujeres. Y el número está limitado a dichas 3.500 entradas a pesar del enorme aforo del Azadi.
A muchas madres les gustaría asistir con sus hijos pequeños, a otras iraníes no les apetece nada estar separadas de su familia, por lo que sigue siendo una medida discriminatoria.
Es más, las localidades para mujeres serán ocupadas por activistas más que de hinchas de la selección nacional iraní, para celebrar uno de sus nuevos logros.
Además, es que ni el número de localidades ni cómo se han puesto en venta es un proceso igual al de los hombres.
Son muchos los activistas en favor de los derechos humanos que son incapaces de ver qué hay de malo en que las iraníes asistan a los estadios de fútbol. Pero en el país de los ayatolás es un auténtico tabú.
“La actitud de las autoridades respecto a las activistas (a favor de la inclusión en los estadios) ha sido impredecible”, explica a Sara a Reuters. “Hemos tenido años en los que ni podíamos hablar de este asunto, y hemos tenido años en los que hemos podido manifestarnos frente a los estadios”, añade Sara.
Tuvo que morir una joven el mes pasado, Sahar Jodayari, para que la injusta situación de las mujeres en Irán haya quedado expuesta en la comunidad internacional.
Jodayari, de 29 años y conocida como la “chica azul” por los colores de su equipo (Esteghlal) murió en un hospital de Teherán en septiembre después de haberse prendido fuego. La joven pensaba que iba a ser condenada a seis meses de cárcel porque intentó entrar en un estadio, vestida de hombre, para ver a su equipo, y se inmoló.
Por lo que las críticas internacionales a la FIFA, organizadora del Mundial de Fútbol en el que participa Irán y que se celebra en la desértica Qatar, aumentaron. Sara, activista del grupo Open Stadiums, que lleva haciendo campaña por el acceso femenino durante los últimos 15 años, indica que la FIFA debería haber influido más y antes a las autoridades iraníes para que se adhiriesen a las normas antidiscriminación del fútbol.
“Lo que le ocurrió a Sahar (la chica azul), en parte la FIFA es responsable de ello, porque sabían que esto llevaba produciéndose durante años y, por tanto, deberían haberlo hecho mucho antes”, asevera Sara.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha urgido a Teherán a que también abra los estadios a las mujeres para la liga local, pero las autoridades iraníes, de momento, solo se han comprometido a las fases de clasificación del Mundial de 2022.