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Internacional
Las cinco revelaciones escondidas en los documentos de la dictadura argentina
El Gobierno de EE.UU. entregó hoy al ministro argentino de Justicia, Germán Garavano, 40.000 documentos desclasificados sobre la "guerra sucia"de la última dictadura argentina (1976-1983), lo que arroja luz sobre una de las páginas más oscuras de la historia del país austral.
Miembros de la ONG Archivo Nacional de Seguridad, dedicada a estudiar actas históricas, han pasado la noche examinando los nuevos documentos y esto es lo que han descubierto:
1. Un plan para exterminar a los izquierdistas en el extranjero
Los jefes de la policía secreta de las seis dictaduras del Cono Sur de América (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) se reunieron en secreto en mayo de 1976 en Santiago de Chile para crear una "nueva unidad"destinada a exterminar a los izquierdistas en Europa y otros países de Latinoamérica.
Esa nueva unidad fue bautizada como "Teseo", en referencia al héroe de la mitología griega que mató a puñetazos al Minotauro, según recoge un documento de la CIA desclasificado hoy.
La unidad "Teseo"se creó bajo el paraguas del conocido como "Plan Cóndor", una operación impulsada por los servicios de Inteligencia de las dictaduras del Cono Sur para secuestrar, torturar y exterminar a sus opositores con el conocimiento de Washington.
2. Asesinato en el extranjero por 3.500 dólares
La CIA tuvo acceso a un acuerdo que firmaron en 1976 los países del "Plan Cóndor"para establecer cómo debía financiarse la unidad "Teseo", que estuvo basada en Argentina.
El texto obtenido por la CIA, titulado "acuerdo de los países Cóndor en relación con la regulación de sus operaciones contra objetivos subversivos", establecía que cada dictadura debía desembolsar 10.000 dólares para costes operativos y, además, tenía que pagar una cuota de 200 dólares "antes del 30 de cada mes".
Según el acuerdo, los agentes asignados a misiones de asesinatos en el extranjero necesitaban unos 3.500 dólares cada diez días y se les ofrecía 1.000 dólares para comprar ropa en su primera operación.
3. Europa se interesó por el "plan cóndor"y quiso imitarlo
Los servicios de Inteligencia de Francia, el Reino Unido y la República Federal de Alemania (RFA) visitaron Argentina para conversar sobre "métodos para el establecimiento de una organización antisubversiva similar a 'Cóndor'", según un cable de la CIA fechado en el 7 de abril de 1978.
La CIA recogió que los servicios de inteligencia de esas tres naciones pensaban que "la amenaza subversiva había alcanzado unos niveles tan peligrosos en Europa"que era necesario "unir sus recursos con una organización cooperativa como 'Cóndor"para hacer frente a ese supuesto peligro.
El cable de la CIA no explica cómo terminó la relación entre los servicios de inteligencia de Francia, el Reino Unido y la RFA con las dictaduras del Cono Sur.
4. El embajador argentino en Venezuela fue secuestrado por dinero
Los nuevos documentos revelan que el embajador de Argentina en Venezuela, Héctor Hidalgo Solá fue secuestrado y asesinado en julio de 1977 por agentes de la extinta Secretaría de Inteligencia del Estado argentino (SIDE) que actuaron por su cuenta y sin el consentimiento de la Presidencia.
Los agentes raptaron a Hidalgo Solá con el "único objetivo de pedir dinero a su familia"y, cuando empezó una investigación interna para saber qué había ocurrido, tuvieron "miedo de ser descubiertos"y lo mataron para encubrir el crimen, detalla otro documento de la CIA.
La familia de Hidalgo Solá no sabía lo que le había ocurrido hasta hoy. Su nieta acudió al acto en el que el ministro argentino de Justicia recibió los documentos desclasificados.
5. La CIA temía que los asesinatos fueran un inconveniente
El liderazgo de la CIA sabía que los países del "Plan Cóndor"tenían planes de asesinar a los integrantes de la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR), una organización que Washington considerada "un paraguas"para los movimientos latinoamericanos de izquierda con sedes en París, Lisboa y otras ciudades europeas.
A la CIA le preocupaba que ese tipo de operaciones acabaran siendo un inconveniente y tuvieran "ramificaciones políticas adversas"para la propia agencia por su apoyo al "Plan Cóndor".
"Hay que tomar todas las precauciones (...) para asegurarnos de que la agencia no sea acusada por error de ser parte de este tipo de actividad", aseveró en un memorándum Raymond A. Warren, el que fuera jefe de Latinoamérica dentro de la CIA entre julio y agosto de 1976.
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