Estados Unidos
Vía libre para el candidato Trump
El magnate se convierte en el único candidato de las primarias conservadoras tras la renuncia de Cruz y Kasich.
El magnate se convierte en el único candidato de las primarias conservadoras tras la renuncia de Cruz y Kasich.
Indiana ha coronado a Donald Trump como candidato republicano a las presidenciales de noviembre. Superó con creces a los dos únicos rivales que aún sobrevivían al huracán provocado por el polémico magnate. De los 17 aspirantes conservadores que comenzaron la carrera de las primarias sólo llegaron tres a la cita del martes. Pero ayer tanto Ted Cruz como John Kasich se apearon de la pugna política. Estaba claro, no hay nadie que pueda hacer frente al multimillonario y este Estado así lo confirmó. Trump se hizo con el apoyo de la totalidad de los 57 delegados de Indiana (tan sólo le faltarían 190 para la confirmación formal de su nominación) al tiempo que el «establishment» republicano confirmaba el peor de sus pronósticos. No es que Cruz, miembro del denostado Tea Party, fuera del agrado de los hombres que mueven los hilos del partido, pero ante Trump era la mejor de las opciones. «Dimos todo lo que teníamos en Indiana, pero esta noche, los votantes han elegido otro camino. Suspendemos nuestra campaña, pero no suspenderé mi lucha por la libertad, por la defensa de la Constitución», decía Cruz tras conocer los resultados. Una imagen que contrastaba con la euforia que se vivía en las instalaciones de la campaña de Trump, donde el lenguaraz candidato confirmaba su éxito, que calificó de «masivo».
Sin embargo, se trató de una victoria personal más que de partido, ya que ahora los republicanos estudian cómo cerrar filas en torno a un hombre que ha asestado numerosas puñaladas al «establishment» y que ha generado un profundo rechazo en ciertos sectores conservadores. Es más, hasta ahora, los republicanos críticos habían creado un movimiento propio que, bajo el lema #NeverTrump, pedían que los votantes se decantaran por cualquier otro candidato, incluso, se había invertido más de diez millones de dólares en financiar esta campaña de descrédito contra él. Sin embargo, la maquinaria del partido reaccionó y optó, al menos de manera superficial, por el consenso alrededor del controvertido candidato. «Donald Trump será el probable nominado del Partido Republicano, debemos unirnos y centrarnos en derrotar a Hillary Clinton #NeverClinton», publicaba en Twitter Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano. Mientras, varios afiliados al partido mostraban en esta misma red social vídeos quemando su credencial como miembros de la formación.
A los republicanos se les han acabado las excusas, ya no hay posibilidad de una convención abierta o la aparición de un candidato de última hora que consiga frenar al incómodo candidato. Su estrategia ahora se centrará, en primer lugar, en hacer de Trump un candidato real que pueda hacerle frente a Clinton (la aspirante demócrata con más posibilidades de competir por la Casa Blanca, a pesar de que el martes Bernie Sanders la superó en Indiana), en segundo, aglutinar a defensores y críticos del partido para que hagan campaña en favor de Trump, y en tercero, conseguir que la polarización que existe en el seno del partido no se traslade a los votantes conservadores y evitar así una masiva abstención que resultaría fatal el 8 de noviembre. Una tarea más que compleja, ya que varios hombres de peso ya han dejado claro que no harán campaña por Trump. ¿Sería capaz John McCain de tragarse su orgullo y ponerse ahora del lado del magnate tras los duros calificativos que éste le ha dedicado? De momento, el «businessman» ha asegurado estar buscando ya a su «ticket» presidencial. «Yo tengo talento en los negocios. Necesito a mi lado a alguien que me ayude con la legislación, que sea amigo de senadores y así evitaremos la vía de la acción ejecutiva», dijo ayer.
El «establishment» republicano sabe que Clinton, a falta de la nominación oficial en la convención demócrata de julio, sólo tiene que ganar Florida –además de los 19 Estados fieles a su partido– en las elecciones presidenciales para asegurarse la Casa Blanca. Además, será difícil que Trump recupere las dañadas relaciones que ha establecido con las minorías. Hispanos, mujeres y musulmanes son los que más preocupan después de los despectivos comentarios del magnate. Sin embargo, con Trump presente ya se sabe que ningún guión está cerrado. La película no ha hecho más que comenzar.
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