Brasil
La Justicia brasileña deja a Bolsonaro al borde del abismo
El Tribunal Superior Electoral estudia inhabilitarlo por sus ataques a la democracia
La carrera política del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro pende de un hilo. El Tribunal Superior Electoral debate su posible inhabilitación por supuestos ataques al sistema democrático brasileño y las cosas no pintan bien para el polémico exmandatario. El tribunal enjuicia a Bolsonaro por abusar de su cargo presidencial y de los medios de comunicación públicos al afirmar sin fundamento supuestos fallos en el sistema electoral, y tres de los siete jueces que deben decidir su futuro ya han votado a favor de condenar al expresidente. Si uno más de los cuatro que faltan por pronunciarse también lo declara culpable, Bolsonaro podría ser inhabilitado por ocho años.
Hasta el momento, solo uno de los jueces se ha pronunciado a favor de Bolsonaro. El desenlace se espera hoy, cuando el resto de los jueces debería emitir uno a uno su decisión. Seguidores de Bolsonaro protagonizaron graves incidentes el 8 de enero, cuando invadieron las sedes del Gobierno, el Congreso y el Tribunal Supremo en Brasilia solo una semana después de que Lula, el rival izquierdista de Bolsonaro, jurara su cargo como nuevo presidente tras derrotar al exmilitar en las elecciones de octubre. Bolsonaro no acudió a la sede del Tribunal Superior Electoral en Brasilia y en su lugar viajó a Río de Janeiro, donde se dirigió a sus partidarios: «Desgraciadamente, hablar de vacunas, de votar, de urnas… se ha convertido en delito».
«Querer despojarme de mis derechos políticos por abuso de poder es inexplicable», añadió, en el tono victimista que viene empleando desde que perdió el poder y comenzaron sus problemas judiciales. Envuelto siempre en la polémica, el asunto que podría significar el final político de Bolsonaro es el mensaje que lanzó en una recepción con diplomáticos extranjeros en el Palacio de Planalto en julio de 2022. El entonces presidente dedicó casi una hora a desplegar una presentación de Powerpoint en la que denunciaba que el uso de las máquinas de votación electrónica que se han usado en Brasil desde 1996 ponía en riesgo la limpieza de las elecciones en las que se iba a medir con Lula. Bolsonaro no aportó pruebas.
El juez Benedito Goncalves, uno de los que lo juzga, concluyó que Bolsonaro buscaba «incitar una paranoia colectiva» mediante «un discurso violento y mentiras» que «pusieron en peligro la credibilidad» del sistema electoral brasileño. Para Goncalves, Bolsonaro «instigó la creencia de que había una amenaza real de que los resultados de 2022 fuera adulterada».