Guerra de Ucrania
Los jóvenes rusos, alarmados por la ley que facilita la movilización en el Ejército
Rusia adoptó el miércoles una ley para facilita la movilización en el ejército y castiga a los refractarios, lo que preocupa a quienes no desean combatir en Ucrania
En solo dos días, con rapidez inusual, ambas cámaras del Parlamento ruso adoptaron una ley que autoriza el envío de las órdenes de movilización por vía electrónica y no solo personalmente como antes, sistema que impedirá a los rusos ignorar las convocatorias y hará más difícil evitarlas.
Cuando la orden ha sido enviada, la persona movilizable ya no puede salir del país.
“Es preocupante como todas las leyes votadas desde hace un año. Como se adoptó en solo dos días, nada bueno se puede esperar de ella”, dijo a AFP un ruso de 28 años, movilizable y residente en el norte del país y quien pidió el anonimato por razones de seguridad.
Si recibe la convocatoria, prevé “ignorarla”, pese a los riesgos. “No iré a la oficina de reclutamiento, es un boleto directo a Bajmut”, dice, refiriéndose a la ciudad epicentro de los combates en el este de Ucrania.
El presidente Vladímir Putin decretó la movilización de 300.000 reservistas en septiembre de 2022, lo que se realizó de manera caótica.
Aunque el Kremlin desmiente que quiera lanzar una segunda ola de reclutamiento, muchos son los que en Rusia están preocupados, cuando el ejército ucraniano prepara una amplia contraofensiva.
“El frente se fragmentará como en el pasado otoño y será necesario acumular urgentemente carne humana para tapar los huecos”, señala este ruso de 28 años, para quien la amplitud de la próxima movilización “dependerá directamente del éxito” de los ucranianos en el campo de batalla.
Atrapar a los recalcitrantes
Otro ruso de 21 años que habita en Siberia y prefiere también el anonimato para garantizar su seguridad, se dice “tan preocupado como todo el mundo”, mucho más debido porque aún no ha realizado el servicio militar obligatorio de un año.
“Lo que es alarmante, es la urgencia y la intransigencia de la nueva ley”, afirma.
Como muchos otros ha ignorado “la oficina de reclutamiento” desde el inicio del conflicto. “El otro día, mis padres recibieron un llamado en el que se les anunciaba que yo figuraba en la lista", agregó.
“Gente uniformada me busca para llevarme al comisariado militar”, añade este ruso, que afirma cambiar con frecuencia de lugar vivienda para escapar al reclutamiento.
“Vivo un poco por aquí o por allá. Mi estrategia está aún en proceso de elaboración, es poco clara” por ahora.
Entre los rusos interrogados en Moscú, muchos son los que no quieren hablar, uno de ellos reconoció que es refractario.
Otros expresan cierta resignación, usual en parte de la sociedad.
“Si hay que ir [al frente], hay que ir. La suerte de muchas personas depende de nosotros en cierta medida. Y si uno muere, vale la pena”, afirmó Denis Chevtchenko, obrero de 35 años.
Kirill Asmadeous, programador de 34 años, considera que “eso debía sera sí desde hace tiempo".
“Comprendo a la gente preocupada, pero no entiendo la razón”, añade.
La Policía tiene derecho a buscar a los refractarios, que pueden ser condenados a penas de cárcel según la ley rusa.
El servicio de impuestos, las universidades y toda una serie de organismos públicos tendrán por deber suministrar todas las informaciones personales de los movilizables.
El rechazo a presentarse en la oficina privará así a los rusos de la posibilidad de trabajar como empresarios o independientes, recibir préstamos o disponer de casa o auto.
Estas medidas se aplican también a decenas o centenares de rusos que huyeron del país y viven especialmente de alquileres de viviendas o trabajan a distancia con empresas rusas.
Según el experto ruso Alexei Tabalov, director de la organización Escuela del Conscripto, hay formas de evitar el ejército: certificados de incapacidad, estudios, sobornos.
Pero la vida se volverá cada vez más difícil para quienes buscan un escondite.
“El grado de libertad es reducido para quienes desean esconderse de la oficina de reclutamiento. El Estado los atrapará”, señala Tabalov, que se fue de Rusia.
Para el experto, las autoridades tratarán de convencer a los conscriptos que son llamados cada año a enrolarse.
“Harán un trabajo de fondo con los convocados, los convencerán, los amenazarán y presionarán para que formen el contrato”, dijo.
La anterior movilización de septiembre de 2022 provocó de todas maneras la fuga de decenas de miles de rusos al extranjero.
“¿Hay que irse de Rusia ahora? Respuesta corta: Sí”, titulaba el miércoles el sitio de información Meduza, popular entre los jóvenes rusos y declarado “indeseable” por las autoridades.
✕
Accede a tu cuenta para comentar