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Oriente Medio

Irán confirma que el líder de la Fuerza Quds, Esmail Qaani, sigue con vida tras el ataque israelí contra el sucesor de Nasrala

El comandante de la Guardia Revolucionaria está siendo investigado por los fallos internos de seguridad que permitieron a Israel descabezar en tiempo récord a Hizbulá, según ‘The Middle East Eye’

El general de brigada Esmail Qaani, líder de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán CONTACTO vía Europa PressEUROPAPRESS

Muchos dieron por muerto al general de brigada Esmail Qaani, líder de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, una semana después de los bombardeos israelíes sobre el sur de Beirut que acabaron con la vida del secretario general de Hizbulá, Hasán Nasrala, entre otros altos cargos de la milicia chií libanesa. Abás Nilforoushan, el comandante de la Fuerza Quds encargado de supervisar las operaciones del cuerpo de élite iraní en Siria y Líbano, también murió el pasado 27 de septiembre. Estaba reunido con Nasrala y el resto de la cúpula del grupo en su cuartel general de Dahieh en el momento del ataque. Qaani, por su parte, viajó a Líbano dos días después del asesinato del líder de Hizbulá para «evaluar la situación sobre el terreno», pero poco después, el 3 de octubre, fecha en que Israel volvió a bombardear el barrio de Dahieh –incluso con mayor intensidad– para eliminar a Hashem Safieddine, primo y presunto sucesor de Nasrala, el líder de la Fuerza Quds desapareció.

Qaani estaba invitado a la reunión del Consejo de la Shura, el máximo órgano ejecutivo de Hizbulá, pero no acudió a la cita, informa The Middle East Eye. Israel atacó y la Guardia Revolucionaria perdió el contacto con él durante dos días. Desde entonces sigue en paradero desconocido. Sorprendió su ausencia el pasado viernes en Teherán durante la primera oración en cuatro años dirigida por el líder supremo, Alí Jamenei, en conmemoración por la muerte de Nasrala.

El sucesor del venerado Qasem Soleimani sigue con vida, sin embargo. Según el medio especializado con sede en Londres, Qaani está sano y salvo, aunque permanece bajo custodia de las autoridades iraníes, que le habrían sometido a un intenso interrogatorio para esclarecer los graves fallos internos de seguridad que permitieron a Israel descabezar en tiempo récord a Hizbulá, cabeza visible del Eje de la Resistencia, el mosaico de grupos armados afines a Teherán esparcidos por la región.

El ayatolá Jamenei parece haber perdido la confianza en quien es hasta la fecha el máximo responsable de la fuerza de élite de la Guardia Revolucionaria. Muy pocos en Teherán se explican cómo Israel pudo penetrar en la cúpula del Partido de Dios y conocer dónde y cuándo se encontraría Nasrala, y Qaani ha pasado a ser el sospechoso número uno. Siempre según The Middle East Eye, Nasrala no se encontraba en Dahieh la víspera de su asesinato, pero decidió regresar a la zona para reunirse con Nilforoushan, que había llegado ese mismo día a Beirut directo desde Teherán. Por eso, Hizbulá atribuye el fallo a la cadena de mando iraní.

Las dudas sobre el papel de Qaani no hicieron sino aumentar tras el ataque aéreo israelí contra Safieddine durante el encuentro del que se ausentó. «Hemos eliminado a miles de terroristas, incluido el propio Nasrala, el sucesor de Nasrala y el sucesor del sucesor de Nasrala», presumió este martes el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

La culpabilidad de Qaani también explicaría otras operaciones recientes de la Inteligencia israelí que tuvieron éxito. Sin ir más lejos, el asesinato el pasado 31 de julio del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh. Haniyeh murió en Teherán, concretamente en una casa de huéspedes perteneciente a la Guardia Revolucionaria iraní donde se alojaba. En el interior de la habitación estaba colocada una bomba que detonó en el momento preciso. El jefe de Hamás acababa de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán, el reformista Masud Pezeshkian. La humillación fue total para la República Islámica.

El comandante adjunto de la Fuerza Quds, Iraj Masjedi, ha intentado disipar los rumores sobre quien es todavía su jefe, y asegura que Qaani «goza de buena salud y está cumpliendo con sus obligaciones diarias». Otro miembro de la Guardia Revolucionaria, el general de brigada Ebrahim Jabbari, aseguró ayer en declaraciones recogidas por Tehran Times que el líder de la Fuerza Quds goza de buena salud y anunció que en los próximos días el ayatolá Jamenei le concederá la Orden de Conquista, una condecoración que la República Islámica otorga a quienes logran importantes victorias militares.

Esmail Qaani, militar de 67 años natural de Mashad, asumió el liderazgo de la Fuerza Quds en enero de 2020, tras la muerte de Soleimani en el aeropuerto de Bagdad como resultado de un ataque con dron de Estados Unidos. Era en ese momento su comandante adjunto, su mano derecha. Combatiente destacado durante la guerra contra el Irak de Sadam Husein, Jamenei lo ha considerado como «uno de los comandantes más distinguidos de la Guardia Revolucionaria». Lo seguirá siendo hasta que no se aclaren los rumores.