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Tensión internacional
Inestable, orgulloso y con armas nucleares: 3 motivos para asustarnos si Pakistán entra en guerra
El intercambio de golpes con Irán es una peligrosa extensión del conflicto
El peligroso efecto dominó iniciado el pasado 7 de octubre con los ataques terroristas de Hamas en suelo israelí ha derribado una nueva ficha, y esta puede ser la más peligrosa de todas. La invasión de Gaza ordenada por Israel para acabar con la infraestructura de Hamas provocó, primero, la reacción de Hizbulá, el grupo terrorista islamista asentado en Líbano. Después, los ataques de las milicias hutíes en el Yemen a los barcos que entraban en el Mar Rojo, seguida por la respuesta -en forma de bombardeos- de EE.UU. y Reino Unido y, por último, con los bombardeos de Irán en el kurdistán iraquí.
El último movimiento ha sido el más preocupante de todos: de forma inesperada, el pasado martes Irán lanzó drones y misiles en la provincia de Baluchistán, en el occidente de Pakistán, contra Jaish al-Adl, un grupo militante suní que opera en Pakistán y que reivindicó el ataque del pasado mes de diciembre en el que murieron 11 policías en la ciudad iraní de Rask. Los disparos de proyectiles iraníes causaron dos muertos, niños, según Islamabad, y dejaron varios heridos.
Y lo peor de todo: provocó la ira de Pakistán, que anunció represalias que ha cumplido este jueves con el lanzamiento de misiles contra "escondites terroristas" en suelo de Irán, en concreto en la provincia fronteriza de Sistán y Baluchistán, con el resultado de un decena de víctimas mortales.
Tres claves de la importancia de Pakistán
Si Pakistán se ve arrastrado por Irán a una guerra regional a mayor escala, las consecuencias pueden ser impredecibles, porque este país no es uno más en este complicado tablero. Aquí van tres claves para entender su importancia:
1. Es una potencia nuclear. Empezamos por el elemento más preocupante de todos. Pakistán es uno de los nueve países con armas nucleares (junto a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia, Israel, India, Corea del Norte y China). Irán, por cierto, lleva años intentando ser el décimo, pero las sanciones internacionales lo han impedido hasta ahora.
Pakistán inició la carrera armamentística tras su separación del vecino India el 15 de agosto de 1947, a raíz del desmoronamiento del Imperio Británico, y después de haber compartido una unidad ficticia con dos países que tienen religiones disintas (musulmana en Pakistán e hindú en la India) y una región en disputa, Cachemira , que es siempre un polvorín a punto de estallar. Las armas nucleares hacen las veces de "aviso para navegantes" entre estos dos países, pero el hecho de que se puedan utilizar ahora como amenaza contra la poderosa Irán es realmente preocupante.
2. Un país inestable. Como en toda potencia nuclear, hay alguien detrás encargado de apretar el botón rojo en caso de que fuera necesario. ¿Se puede confiar en que Pakistán nunca va a hacer uso de esta fuerza? A dia de hoy, no. El país, que ha ido alternando democracia y dictadura militar, es tradicionalmente un endeble aliado de Estados Unidos. Pero no pasa por su mejor momento en sus asuntos internos, y en ese caldo de cultivo muchas veces no viene mal una guerra.
El Gobierno ha tenido que gestionar un complicado contexto económico y político. Tras una dura negociación, el país llegó a un acuerdo de ayuda con el FMI de 3.000 millones de dólares, 1.200 de los cuales fueron desembolsados inmediatamente mientras el resto será liberado de forma escalonada durante los nueve meses siguientes.
Tras semanas de especulaciones el Presidente Alvi disolvió la Asamblea Nacional el 9 de agosto, y se constituyó un gobierno interino a cargo del primer ministro Anwaar-ul-Haq Kakar. Las elecciones para una nueva Asamblea Nacional se han anunciado para el 8 de febrero de 2024. En suelo pakistaní actúan varios grupos terroristas, algunos de ellos en la región de Baluchistán atacada por Irán.
3. Un pueblo orgulloso. Según las estimaciones de 2023, en Pakistán viven 234,4 millones de personas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Asuntos Exteriores español. El país tiene una superficie de 796.095 kilómetros cuadrados. La población es mayoritariamente musulmana (cerca del 95% de la población), de loscuales más del 80% es sunita y el resto chiita. Además, existe aproximadamente un 2,2% de ahmadíes,1,8% de hindúes y un 1,5% de cristianos.
Por tanto, a todos los efectos Pakistán es no solo una potencia regional, sino mundial. Es el quinto país del mundo por población y el 33 en superficie. Y sobre todo es una sociedad orgullosa de su emancipación primero del imperio británico, después de la India y que quiere desprenderse del control de la sombra de Estados Unidos. Es, en definitiva, un país que aspira a convertirse en la primera potencia del mundo árabe. Hacer frente a Irán, de etnia persa, puede ser un punto de partida.
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