Coronación

Carlos III se enfrenta a una Commonwealth menguante: de los 56 países, sólo 14 es jefe de Estado y podrían ser menos

La ola republicana en los territorios del Caribe tras el cambio de modelo de Estado de Barbados en 2021 azuzada por el movimiento Black Lives Matter es el mayor desafío para el nuevo monarca

London (United Kingdom), 06/05/2023.- Britain's King Charles III waves as he leaves the balcony of Buckingham Palace following their Coronation in London, Britain, 06 May 2023. The appearance on the balcony is to greet the crowds who have gathered in The Mall and to watch a fly past. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/Neil Hall
Carlos III saluda desde el balcón del palacio de Buckingham Neil HallAgencia EFE

En la antesala de su coronación en 1953, Isabel II recibió a 750 invitados en Westminster Hall para un banquete de gala de la Commonwealth, siguiendo así el ejemplo de su padre Jorge VI. Para la difunta monarca, la mancomunidad de 56 naciones con lazos históricos con el Reino Unido siempre tuvo un especial protagonismo. “Se extiende por todo el mundo por lo que siempre hay hogares dispuestos a darnos la bienvenida en cada continente de la tierra”, dijo siendo aún princesa al cumplir 21 años. En ese momento visitaba Sudáfrica y frente a un micrófono de la BBC manifestó una promesa que se convertiría luego en eje de su reinado: “Ante vosotros declaro que toda mi vida, sea breve o longeva, estará dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”.

Carlos III, sin embargo, ha roto con la tradición. El día antes de su coronación no hubo ninguna cena de gala con los representantes de esta asociación. “Lo que era apropiado entonces, no necesariamente lo es ahora”, señala la Asociación Parlamentaria de la Commonwealth, recalcando que sus miembros han “cambiado enormemente desde 1953”. En efecto, Isabel II llegó a ser jefa de Estado en 32 de esas naciones. Pero en el momento de su muerte el pasado septiembre, sólo lo era de 14.

Son cada vez más los países que quieren cortar su vínculo con la Corona británica, liberándose así de un imperio que dejó la huella de la esclavitud. En el Palacio de Buckingham se ha aceptado el proceso de cambio. De ahí que Carlos III quiera focalizarse ahora en asuntos más "domésticos".

Ni siquiera la idílica pareja de Guillermo y Kate logró sacar algo de brillo. Su gira en 2022 por Belice, Jamaica y las Bahamas resultó todo un fracaso. La utilización del mismo Jeep en el que paseó Isabel II en 1960 para un desfile militar, en lugar de nostalgia, dejó una imagen de lo más arcaica. Y en la era del "Black Lives Matter", el saludo a los niños en Trench Town, Kingston, a través de una valla metálica fue de todo menos apropiado.

El último país de la Commonwealth en cortar sus lazos con la Corona ha sido Barbados que en 2021 se convirtió en la república más joven del mundo. La transición en cualquier caso fue de lo más amistosa. El propio Carlos, entonces heredero al trono, estuvo como invitado especial y pronunció uno de los discursos más importantes. “Desde los días más oscuros de nuestro pasado y la espantosa atrocidad de la esclavitud, que mancha para siempre nuestra historia, la gente de esta isla forjó su camino con extraordinaria fortaleza. La emancipación, el autogobierno y la independencia fueron sus puntos de referencia”, matizó.

Fue lo más lejos a lo que ha llegado el Palacio de Buckingham al hablar sobre su vínculo con la esclavitud, una de las grandes cuestiones que se analiza ahora en detalle coincidiendo con su coronación. De momento, sigue sin haber una disculpa formal, algo que los críticos no perdonan. Pero expresiones de “pesar” y el reconocimiento del “horror” marcan de alguna manera un cambio de rumbo en una institución en plena transición con la misión de representar a un Reino Unido cada vez más multicultural. El alcalde de Londres es musulmán, como el nuevo responsable del Ejecutivo escocés. Y el propio primer ministro británico Rishi Sunak es hindú y de origen indio.

En su afán por mostrar que se inicia una nueva era, Carlos III se ha convertido en el primer monarca en mostrar su apoyo a una investigación sobre los vínculos históricos de la Casa Real con el comercio de esclavos. Fue el rotativo The Guardian quien publicó en abril un documento inédito que demuestra cómo Edward Colston, el vicegobernador de la Real Compañía Africana, que tenía entre sus negocios el tráfico de esclavos, transfirió acciones por valor de 1.000 libras esterlinas al entonces monarca Guillermo III. La estatua de Colston erigida en su localidad natal de Bristol fue precisamente la gran protagonista durante las protestas de 2020 del movimiento Black Lives Matter al ser derribada por los manifestantes.

Fue también "The Guardian" quien, en junio de 2021, desenterró documentos de los archivos nacionales del Reino Unido que revelaron que los cortesanos de la reina Isabel II habían prohibido a los inmigrantes de minorías étnicas y a los extranjeros ocupar puestos administrativos en el Palacio de Buckingham hasta al menos finales de la década de 1960.

Para entonces ya se había emitido la polémica entrevista de Harry y Meghan con Oprah acusando a la Familia Real de racismo. Las acusaciones fueron negadas tajantemente por el príncipe Guillermo, heredero al trono. Sin embargo, se han convertido en uno de los principales problemas del actual reinado de Carlos III. Junto con la brecha generacional, la cuestión que genera más división en la sociedad es la percepción de la Familia Real con sus actitudes hacia la raza.

De ahí que muestren ahora tolerancia cero ante cualquier controversia. La rápida actuación del Palacio de Buckingham ante la polémica creada a finales del año pasado con Susan Hussey fue interpretada como los analistas como una señal de que la Monarquía está aprendiendo de los errores del pasado. Pese a que Hussey llevaba sirviendo como una de las damas de honor de la difunta Isabel II durante más de 60 años y es la madrina del príncipe Guillermo, se forzó su dimisión con efecto inmediato tras unos controvertidos comentarios hacia Ngozi Fulani, responsable de una ONG al norte de Londres, a la que preguntó de qué parte de África procedía.