El diario finlandés “Illtalehti” publicó ayer una caricatura que representa al muñeco de presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que fueahorcado boca abajo frente al Ayuntamiento de Estocolmo la semana pasada y que provocó el enésimo conflicto diplomático entre Suecia y Turquía en plenas negociaciones de adhesión a la OTAN.

A trevés de la caricatura, el dibujante representa al presidente turco como el títere exhibido frente al ayuntamiento de Estocolmo, como un perro y completamente desnudo. El titular es “La lista de precios de Erdogan por burla” y en varios bocadillos el lider turco dice: “¡130 terroristas!”, “¡200 terroristas!” y “¡500 terroristas!”. Los diálogos aluden alnúmero de extradiciones que Turquía ha ido imponiendo a Suecia y Finlandia para dar su beneplácito al ingreso a la OTAN. Turquía y Hungría son los únicos socios transatlánticos que aún no han dado luz verde a la solicitud de los dos países nórdicos.

El director de “Illtalehti”, Perttu Kauppinen, enfatiza que el periódico ha publicado una sátira similar sobre el proceso de la OTAN y el papel de Turquía en el pasado. “Al publicar el dibujo, recordamos a nuestros lectores que se debe proteger la libertad de expresión, especialmente cuando los tiempos son difíciles y las condiciones son duras”, explica a la televisión pública sueca SVT.

Sobre cómo han sido recibidas las caricaturas, Kauppinen aseegura que “las reacciones han sido mixtas, como siempre con sátira política. Unos dicen ‘brillante’, otros que no hay que provocar a Erdogan y que nada bueno puede salir de ello”.

La caricatura fue dibujada por el controvertido dibujante Ville Ranta, que a menudo publica en “Iltalehti”. Ranta ha sido denunciado a la Policía en varias ocasiones por su sátira, incluso por incitación contra grupos étnicos, informa Yle.

Las caricaturas, que se publicaron el martes, no han provocado grandes protestas en los medios turcos hasta ahora. Sin embargo, el concurso de dibujos satíricos sobre Erdogan convocado por la revista sueca “Flamman” sí ha sido el blanco de los medios afines al régimen turco. “Los escándalos nunca terminan en Suecia. Tras la vergonzosa manifestación de Estocolmo, la prensa sueca ha provocado otro escándalo. La revista ‘Flamman’ lanzó un concurso para insultar a Erdogan”, escribía el diario oficialista “Daily Sabah”. “A Haber”, otro medio leal a Erdogan, también ha criticado el concurso.

Lo cierto es que el presidente turco no se caracteriza por su sentido del humor -sobre todo cuando él es el objeto de la sátira- o por su respeto a la libertad de expresión. En octubre,un programa de humor de la televisión sueca que se mofaba de Erdogan, al que caricaturizaba como un caprichos bebé en pañales, ya provocó la ira de Ankara.

Desde Praga, ayer el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, cargó contra Estocolmo y Helsinki por inclumplir el acuerdo tripartito firmado en Madrid en junio pasado para desbloquear su adhesión a la OTAN. “Suecia y Finlandia no cumplen sus compromisos del memorándum. Esperamos pasos concretos para poner fin al apoyo a las organizaciones terroristas”, aseguró Akar.

En el memorándum firmado en la Cumbre de Madrid, Estocolmo y Helsinki se comprometieron a la reanudación de la venta de armas, la extradición de presuntos terroristas y el fin del apoyo a las milicias kurdas que controlan el norte de Siria. Hasta ahora, todos los esfuerzos puestos en marcha por los dos países nórdicos parecen ser insuficientes para Erdogan, que utiliza a Suecia y Finlandia como rehenes en su disputa con Estados Unidos para conseguir aviones F-35 con los que renovar su obsoleta aviación militar. Washington decidió en 2019 no vender estos cazas a Ankara tras conocerse la adquisición por parte de Turquía del sistema de defensa antiaéreo ruso S-400.