Elecciones

El éxito electoral de los partidos moderados no garantiza un cambio en Bosnia

La clave serán los pactos en las instituciones entre croatas, musulmanes y serbios

Carteles electorales en Sarajevo, la capital de Bosnia Herzegovina
Carteles electorales en Sarajevo, la capital de Bosnia HerzegovinaFEHIM DEMIRAgencia EFE

Las elecciones generales del domingo en Bosnia-Herzegovina han debilitado la posición de algunos líderes nacionalistas, pero no la de sus partidos, que siguen dominantes en diferentes cámaras, lo que hace inciertos los cambios sustanciales en el país de profundas divisiones étnicas.

Bosnia está dividida entre musulmanes, serbios, y croatas, sus tres pueblos constitutivos, y afronta el desafío del secesionismo de los líderes nacionalistas serbobosnios y los cada vez más graves desencuentros entre los otros dos pueblos.

Unos 3,4 millones de ciudadanos con derecho a voto eligieron el domingo a los tres miembros de la presidencia colegiada y a los diputados del Parlamento central. También eligieron los Parlamentos de los dos entes que forman el Estado de Bosnia -la República Serbia y la Federación común de musulmanes y croatas-, el presidente de la República Serbia y las asambleas de los diez cantones que componen la Federación.

En la carrera por el puesto del miembro musulmán de la terna presidencial, Denis Becirovic, del partido socialdemócrata SDP, se impuso al nacionalista Bakir Izetbegovic con un 57% de los votos, según el escrutinio del 86,38%.

Según los datos preliminares que la Comisión Electoral Central (CIK), entre los bosniocroatas el centroizquierdista Zeljko Komisic ha revalidado su mandato con el 53,61% de los votos. La representante serbobosnia en la terna presidencial será, con el 52,81 % de apoyos, la nacionalista Zeljka Cvijanovic, una estrecha aliada del prorruso Milorad Dodik, que ocupaba el cargo hasta ahora.

En el ente serbio, es incierto todavía si la centroderechista Jelena Trivic, del opositor partido PDP, derrotó o no a Dodik, principal figura política serbobosnia desde hace 15 años que aboga por una desvinculación del ente de las instituciones centrales entre tendencias secesionistas. Ambos proclamaron su victoria, pero los últimos datos de la CIK señalan que Dodik tiene una ventaja de seis puntos porcentuales.

Las elecciones del domingo se celebraron en medio de las tensiones entre los nacionalistas y sus diferentes concepciones sobre el país. Mientras los serbios y croatas reclaman más derechos y autonomía para sus pueblos, los bosniomusulmanes abogan por la centralización.

Los partidos nacionalistas de los tres pueblos -el SDA entre los musulmanes, el HDZ BiH entre los croatas y el SNSD entre los serbios- han preservado su fuerza en los parlamentos autónomos.

La afluencia a las urnas fue solo del 50%, señalan los datos preliminares de la CIK. Tanja Topic, analista de la Fundación alemana Friedrich Ebert en Banja Luka, declaró a Efe que la derrota de un etnonacionalista Izetbegovic es “un giro histórico”. “Pero es una gran incógnita si se podrá relajar las relaciones en el país, ya que el puesto croata pertenece a Komsic, no reconocido por el mayor partido croatobosnio (HDZ BiH)”, explicó.

Para los nacionalistas croatas, Komsic no es un representante “legítimo”, ya que es elegido gracias a los votos de los musulmanes, más numerosos en el ente autónomo, y amenazan con la creación de un ente croata propio.

Según el analista Vehid Sehic, la clave estará en los futuros pactos para la formación de las nuevas autoridades. “Lo más importante es el Parlamento central, y los Parlamentos de la Federación y de la República Serbia, porque ahí está el verdadero poder, el poder legislativo del que depende el poder ejecutivo, que tiene las mayores competencias”, destacó Sehic a Efe.

El analista espera que un cambio parcial de la ley electoral impuesto en la noche electoral por el alto representante internacional, Christian Schmidt, desbloqueará el funcionamiento del ente común de croatas y musulmanes. Este tiene el mismo Gobierno provisional desde 2014, y no tiene presidente ni funciona su Tribunal Constitucional por falta de acuerdos entre los líderes de los dos pueblos.

“Las medidas de Schmidt son un buen paso hacia una modificación de la ley electoral, sobre todo para aplicar los fallos del Tribunal Europeo para los Derechos Humanos, para poder seguir acercándose a la UE”, explicó Sehic.

La clase política de Bosnia no logra modificar las disposiciones discriminatorias que impiden actualmente que personas de otros orígenes, como gitanos o judíos, puedan presentarse a la presidencia colegiada o a la Cámara Alta del Parlamento central.