Sucesos
Abatida una periodista de Al Yazira durante una redada israelí en Cisjordania
El medio en el que trabajaba Shireen Abu Akleh acusó al ejército israelí mientras que Bennet afirmó que “probablemente” murió por disparos palestinos
Shireen Abu Aqleh, corresponsal de Al Yazira en Israel y los territorios palestinos, murió a primera hora de la mañana del miércoles tras recibir un balazo en la cabeza durante una redada del ejército israelí en Jenín, al norte de Cisjordania.
La veterana periodista, muy popular en el mundo árabe tras décadas cubriendo el conflicto palestino israelí, fue alcanzada por un proyectil pese a que iba claramente identificada con un chaleco de prensa. Se encontraba con un grupo de siete reporteros que cubrían el suceso, en una ciudad donde las incursiones israelíes son una constante en las últimas semanas. Varios de los atacantes que perpetraron recientes atentados mortales en Israel eran nativos de Jenín.
Tras el trágico incidente, la “guerra informativa” se desató. Según testigos presentes en el lugar, Abu Aqleh fue alcanzada por disparos de un francotirador israelí, desde un edificio contiguo repleto de soldados. Otro periodista que la acompañaba, que fue herido de bala en la espalda, confirmó que todos iban debidamente identificados, y que previamente caminaron ante una patrulla militar.
No obstante, Israel alegó inmediatamente que la periodista podría haber sido impactada por balas disparadas por milicianos palestinos. El primer ministro israelí, Naftali Bennett, consideró que “acorde a la información que manejamos, hay considerables opciones de que palestinos armados, que dispararon salvajemente, ocasionaron la trágica muerte de la periodista”.
El ejército israelí, que informó que las tropas fueron recibidas con fuego real y artefactos explosivos a su llegada al campo de refugiados de Jenín, distribuyó un video donde aparecían milicianos disparando y celebrando que “habían alcanzado a un soldado que estaba tendido en el suelo”.
Pero horas después, la oenegé BetSelem distribuyó un video filmado por un activista de la organización, donde refleja que el lugar donde fue impactada Abu Aqleh estaba a cientos de metros del callejón desde el que dispararon los palestinos. Mujahed al-Saadi, otro periodista presente, dijo que el grupo de reporteros estaba esperando a la entrada del campo de refugiados. “Escogimos un punto alejado de las confrontaciones, y esperamos a que Shireen se pusiera su material de protección”.
Repentinamente, fueron objetivo de los balazos, e instantes después la periodista estaba muerta en el suelo. Según al-Saadi, ni ellos ni otros jóvenes lugareños pudieron socorrerla, ya que “los disparos prosiguieron mientras yacía tumbada bajo un árbol. Cuando alguien quería acercarse, nos disparaban”.
Ante los relatos contrapuestos, el ministro de exteriores israelí Yair Lapid afirmó que se ofreció una “investigación patológica conjunta sobre la trágica muerte de Shireen Abu Aqleh. Los periodistas deben ser protegidos en zonas de conflicto y todos somos responsables de llegar a la verdad”. Pero Ibrahim Milhim, portavoz de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la rechazó rotundamente: “¿desde cuándo un criminal tiene el derecho de tomar parte en la investigación contra su víctima? Deben ser llevados ante la Corte Penal Internacional, exigimos investigar la muerte de Shireen así como otros crímenes cometidos contra los palestinos”.
Desde la embajada de Israel en España, comunicaron que “las fuerzas israelíes siempre avisan a los periodistas que cubren este tipo de situaciones, que deben tener sumo cuidado al ingresar y permanecer en espacios donde se registran disparos por parte de terroristas”. El Sindicato de Periodistas Palestinos interpretó lo ocurrido como “un claro asesinato perpetrado por el ejército de ocupación israelí, y un crimen contra la libertad de prensa”. En los últimos meses, otros reporteros fueron heridos mientras cubrían disturbios entre palestinos y fuerzas israelíes.
El enviado especial de la ONU en la región, Tow Wennesland, condenó rotundamente lo ocurrido, y llamó a “una investigación inmediata para que los responsables sean ajusticiados. Los periodistas jamás deben ser un blanco”.
Shireen Abu Aqleh llevaba trabajando en Al Yazira desde 1997, y amigos y compañeros la describieron como una reportera amable y valiente, que siempre se centró en contar las vivencias del pueblo palestino. La parlamentaria Khalid Jarrar afirmó que “Shireen era nuestra voz, es increíble. Es un crimen intencional, fue un objetivo”. En redes sociales, la aclamaron como “un ser humano maravilloso”, y no daban crédito a lo ocurrido.
El ejército israelí modificó su acusación inicial alegando que la periodista murió por fuego palestino, y aclaró que “por el momento no es posible determinar que disparos mataron a Abu Aqleh”.
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