Aviación
El riesgo del F-16 en Ucrania que no viene de las fuerzas armadas rusas
El caza estadounidense podría quedar anulado por la puntería de los sistemas de defensa S-400 rusos, pero también enfrenta otro obstáculo
El avión de combate F-16, de fabricación estadounidense, es uno de los cazas más populares en todo el mundo. Actualmente existen unos 3.000 en servicio en las fuerzas aéreas de 25 países. Es el segundo caza más antiguo del mundo en producción y el de cuarta generación más utilizado, además del avión de combate occidental más barato del mercado durante años. Estados Unidos quiere mantenerlo en servicio otras dos décadas con diversas actualizaciones. Desde hace un año, este aeronave ha sido el principal objeto de deseo de la fuerza aérea de Ucrania, que presiona a Europa y EEUU para que autorice cuanto antes el envío de sus F-16 para frenar la superioridad aérea de Rusia.
Existe una lista cada vez mayor de países europeos dispuestos a ayudar a Kyiv con el suministro de estos de aviones de combate. Dinamarca planteó la posibilidad de transferir los F-16. La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, también informó durante su viaje a Kyiv que el país está dispuesto a donar aviones F/A-18 Hornet a Ucrania.
Los últimos dirigentes en hablar abiertamente sobre el asunto han sido el primer ministro Rishi Sunak y el líder holandés Mark Rutte, quienes acordaron este miércoles crear una "coalición internacional" para ayudar a adquirir aviones de combate F-16 para Ucrania.
El gobierno de Volodimir Zelenski está convencido de que más pronto que tarde EEUU dará luz verde para que varios países puedan enviar el F-16 a Ucrania. La última palabra la tiene el presidente Joe Biden, puesto que se trata de una tecnología estadounidense. De momento, se están dando pasos que apuntan en ese dirección. Kyiv espera sumar hasta 50 cazas occidentales, que en todo caso no serían entregados por Italia, Alemania, Francia y Gran Bretaña sino por otros países de Europa del Este. Tampoco Polonia enviaría F-16, según ha dicho esta semana su presidente Andrzej Duda, quien sí anunció que su país estaría dispuesto a entrenar a pilotos ucranianos en el manejo de esta aeronave.
El gobierno británico anunció en febrero un programa para formar a los pilotos ucranianos en las técnicas estándar de la OTAN para el pilotaje de este caza de cuarta generación. Curiosamente, Reino Unido no tiene en su flota aérea el F-16, considerado por los expertos como el caza más versátil y útil en la guerra de Ucrania. También se ha informado de que aviones Eurofighter Typhoon Tranche 1 británico y el Mirage-2000 francés podrían ser opciones para cubrir las necesidades de aviones de combate de Ucrania.
Pero el envío de los F-16 no supondría automáticamente para Ucrania pasar a dominar el espacio aéreo. Hay expertos que creen que los sistemas de misiles antiaéreos rusos como el S-400 podrían superar en alcance a los sistemas de puntería de los F-16.
El experto militar Justin Bronk, del laboratorio de ideas británico Royal United Service Institute, considera que existen otros riesgos considerables que amenazan una empresa de esta magnitud. Explica en particular que los aviones F-16 requieren bases aéreas especialmente adaptadas. Bronk cree la entrada de aire debajo del morro de los aviones F-16 es tan grande que "succiona todo lo que hay en el suelo directamente hacia él", por lo que dicho aparato necesita bases aéreas muy limpias y muy bien mantenidas. ¿Es posible cumplir este requisito en un país en guerra?
El experto considera que reacondicionar las viejas pistas soviéticas ucranianas, cortas y austeras, para usar un F-16 sin riesgos para los motores es complicado. Añade que muchos aeropuertos ucranianos son demasiado cortos para ser utilizados por un F-16 completamente cargado. El tercer obstáculo que encuentra es la capacidad de detección de Rusia a través de sus satélites. Bronk asegura que la tecnología rusa podrá ver fácilmente la reconstrucción y ampliación de cualquier pista de aterrizaje ucraniana, por lo que serán un blanco accesible para los misiles balísticos y de crucero de las Fuerzas Armadas de Moscú, dice el analista en su podcast Geopolitics Decanted.
Uno de los retos es la formación de los pilotos ucranianos, acostumbrados a pilotar aviones de la era soviética Mig-29 enviados por países como Polonia y Eslovaquia, para dirigir cazas occidentales. El coronel Krystian Zięc, uno de los primeros pilotos polacos en volar el caza estadounidense F-16, comparó lo que supondría para un piloto acostumbrado al MiG-29 pilotar un F-16. Sería como poner al conductor de un pequeño Fiat al volante de un coche de carreras de Fórmula 1. "Es exactamente lo mismo con la transición del piloto MiG-29 al F-16", explicó recientemente. Zięc cree que el F-16 "realiza muy bien tareas aire-aire y aire-tierra, pero no puede reemplazar a un avión de superioridad aérea como el F-15, F-22 o el Typhoon".
El ex piloto estadounidense John Venable, investigador principal de política de defensa en The Heritage Foundation, un grupo de expertos con sede en Washington, también ha sido escéptico sobre el envío de F-16 a Urania. A su juicio, los aviones de cuarta generación como el F-16 carecen de funciones de sigilo y serán "completamente superados en entornos de alta amenaza" debido a los sistemas avanzados de defensa aérea como el S-400 de Rusia.
Venable cree que los sistemas de misiles superficie-aire rusos "han demostrado ser extremadamente letales" contra los aviones ucranianos y son el "principal asesino" de los aviones, helicópteros y drones ucranianos.
De momento, Ucrania tendrá que esperar mirando a lo que decide el inquilino de la Casa Blanca, quien el pasado 24 de febrero que Kyiv "no necesita F-16 ahora".
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