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Sudáfrica

Elecciones en Sudáfrica: la alta participación abre la puerta a posibles sorpresas

Peligra la posición del Congreso Nacional Africano tras 30 años seguidos de victorias electorales

Ramaphosa habla de "gran día para la democracia" tras votar y muestra su confianza en la victoria del ANC Europa Press/Contacto/Zhang YudoEUROPAPRESS

Una jornada electoral es importante. Pero una jornada electoral donde podría ponerse fin a treinta años de gobierno de un partido único es histórica. Única en una generación. Es el caso de Sudáfrica en las elecciones que tuvieron lugar este 29 de mayo: el partido de Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano (CNA) podría perder la mayoría absoluta que lleva arrastrando tres décadas, producto de la debacle económica que sufre el país africano y los escándalos de corrupción que salpican directamente al actual presidente, Cyril Ramaphosa.

Dos partidos con una fuerte presencia parlamentaria desde los comicios de 2018, añadidos a un batiburrillo de partidos menores y 11 candidatos independientes amenazan con dividir el voto y obligar a formar un gobierno de coalición en contraste con aquellas elecciones (ya lejanas) de 2004 en las que el CNA alcanzó la victoria con el 76% de los apoyos. Estos dos partidos serían los Luchadores por la Libertad Económica (EFF por sus siglas en inglés), dirigido por el líder marxista y radical Julius Malema, y la Alianza Democrática (DA). La jornada electoral se ha desarrollado, sin embargo, con sorpresas que dejan abierta la puerta a cualquier desenlace inesperado. Si las previsiones auguraban una participación que apenas alcanzaría el 50% del electorado, las extensas colas en los colegios electorales a lo largo del miércoles demuestran que la población sudafricana ha respondido a la gravedad de la cita con la intención de mantener al CNA en el poder… o para apoyar un cambio que muchos consideran necesario para reflotar el que antaño fuera el país más próspero del continente africano.

El propio Malema tuvo que esperar durante cuatro horas en la cola antes de depositar su voto, abrigado por un pañuelo palestino decorado con la bandera de Sudáfrica. Tras cumplir con su derecho ciudadano, declaró ante la prensa que “el primer premio no es la presidencia, el primer premio es garantizar que la dignidad del pueblo africano es restaurada”. Nótese el sustantivo “africano” en lugar de “sudafricano”, que casa con el carácter panafricanista del EFF. Igualmente, aseguró que aceptaría los resultados de las elecciones, independientemente del resultado que traigan. Malema, que obtuvo un 10% de los apoyos últimas elecciones, apuesta mucho con su dialéctica radical, que puede llevarle a un estrepitoso fracaso, o bien, a la posibilidad de obtener unos resultados lo suficientemente fuertes como para negociar una posición dentro de un gobierno de coalición liderado por Cyril Ramaphosa.

La jornada electoral se ha desarrollado con tranquilidad en la mayoría del país, exceptuando violentos disturbios y casos de pillaje contra camiones de mercancías en la región de Mthata. La policía describió la situación como “muy tensa” y tuvieron que arrestar a 10 personas que intentaron disparar contra los agentes de la autoridad.

Una de las cuestiones principales en los actuales comicios (y, realmente, en todas las elecciones sudafricanas desde 1994) consiste en las amplias desigualdades socioeconómicas que todavía hieren al país y que separan a la población blanca, de clase alta y clase media, y que conforma apenas un 8% de la población; de la población negra, mayoritaria y ubicada en un contexto de clase baja en su mayoría. El CNA no ha conseguido eliminar estas barreras, provocando un hartazgo dentro de la población negra y que podría explicar los resultados que auguran las encuestas. Precisamente, la popularidad con la que se mueve Julius Malema se explica por su posición profundamente contraria a la población blanca, hasta el punto donde ha prometido expropiar las tierras de los grandes terratenientes blancos para entregárselas a los sudafricanos negros en el caso de una victoria.

Otro factor de gran importancia sería la demanda interpuesta por Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia, lo cual explica ese pañuelo palestino que vestía el candidato del EFF en el momento en que depositó su voto. Apenas tres días antes de las elecciones, por ejemplo, se celebró una manifestación multitudinaria a favor de Gaza en Ciudad del Cabo, y debe entenderse este frenesí en favor del pueblo palestino como una resaca del apartheid, basada en las desigualdades socioeconómicas que perduran en Sudáfrica y que tendrá un enorme peso en los resultados electorales.

Pocas horas antes de cerrarse las urnas, la Comisión Electoral Independiente (IEC) anunció que los primeros resultados se harán públicos a la 1 de la mañana de este jueves. Y el CNA tiembla ante la imprevista participación, que podría dividir el voto lo suficiente como para excluirles de un futuro gobierno… u obligándoles a pactar con terceros, lo que no dejaría de leerse como una derrota.