Irán
El Congreso de EE UU pacta nuevas sanciones a Rusia
El embajador Kislyak, implicado en el escándalo, abandona Washington
El embajador Kislyak, implicado en el escándalo, abandona Washington.
¿Cuál será el siguiente movimiento del presidente Donald Trump en la errática estrategia de la Casa Blanca ante el escándalo de Rusia? De momento, parece prepararse el terreno para todo tipo de escenarios impredecibles que deriven de las investigaciones sobre el «Rusiagate», como advirtió en sus mensajes del fin de semana en la red social Twitter, cuando indicó que tiene «el poder para perdonar» a familiares, consejeros e incluso a sí mismo. Lo que parece evidente es que los legisladores han decidido desvincularse totalmente del presidente, y también preparan su estrategia de cara a los hallazgos de la investigación, en caso de que puedan comprometer más ya no al círculo más estrecho de Trump, sino al presidente mismo.
Ayer los líderes del Congreso alcanzaron un acuerdo para imponer nuevas sanciones a Rusia debido a su injerencia en las elecciones, confirmada por diferentes agencias de Inteligencia, entre ellas la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés). En un principio, se pensaba que este proyecto pondría a prueba al presidente, debido a que se había pronunciado en un principio en contra y había solicitado cierto margen a la hora de actuar en lo que concierne a Moscú. Se especulaba sobre cómo actuaría: ¿vetaría la ley o firmaría un proyecto al que su Administración se ha opuesto? Sin embargo, la nueva portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, despejó las dudas al afirmar en la cadena Abc que «apoyamos el proyecto de ley tal y como está ahora». Justificó el cambio de opinión en que «la legislación estaba mal concebida, pero hemos podido trabajar con la Cámara de Representantes y el Senado, y la Administración está satisfecha de haber podido hacer cambios que eran necesarios», aclaró Sanders.
La nueva iniciativa, que incluye también sanciones a Irán y Corea del Norte, establece de forma muy clara que en caso de que el presidente quiera realizar algún tipo de cambio significativo, debe informar al Congreso, el cual tendrá 30 días para decidir si le permite hacerlo. De esta forma, los legisladores deciden poner límites al presidente en una etapa en la que cada día se descubre una prueba nueva que apuntala la teoría de colusión entre los miembros del equipo de la campaña de Trump y Rusia para interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses.
El nuevo texto se votará mañana en la Cámara Baja, el mismo día que el yerno de Trump, Jared Kushner, testifique ante una comisión del Senado sobre la investigación sobre Rusia. En el mismo, además, no sólo se impondrán sanciones a Moscú por su interferencia en las elecciones estadounidenses, sino también por sus actividades militares en Ucrania y su anexión de Crimea en 2014.
En medio de todas estas noticias, Putin ha retirado al embajador de Rusia en Washington, Serguéi Kislyak, figura central en la investigación sobre la injerencia rusa, tras casi una década como enviado diplomático, informó la embajada rusa en Washington. Kislyak, máximo responsable de la legación diplomática desde 2008, «concluyó su misión» el sábado, indicó la embajada en Twitter.
Aunque ya se había informado hace semanas de su marcha, y se había despedido en una fiesta celebrada el 11 de julio, no se han explicado las razones de la salida del polémico Kislyak, considerado una figura clave en las redes de espionaje ruso: se reunió de manera discreta con el fiscal general, Jeff Sessions; con el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner; y con el ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn. Las conversaciones aceleraron la salida de Flynn y obligaron a Sessions a inhibirse de todo lo relacionado con el caso.
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