Cargando...

Berlín

El castigo a Putin pone a prueba a la Unión Europea

Las sanciones afectarán a los socios, pero por primera vez los 28 hablan a una voz

Vladimir Putin, en un homenaje a la Primera Guerra Mundial en Moscú larazon

Las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos contra Rusia han desatado una guerra comercial. Occidente sigue pendiente de un cambio de postura en Moscú para poder resolver el conflicto de forma diplomática, pero mientras tanto va moviendo los hilos para seguir defendiendo a Ucrania como país soberano y poder reaccionar ante una posible agresión rusa. La Unión Europea pretende acorralar a Rusia económicamente, pero sus países miembros también sentirán algún impacto, aunque sea moderado. «Sería de ingenuos pensar que podemos sancionar sin que nos afecte», señalaron fuentes comunitarias. Reino Unido será uno de los países que más se verá afectado por las medidas financieras, aunque según el analista Raoul Ruparel, de Openeurope, «la carga que soportará será asumible porque los ingresos de los servicios financieros a las firmas rusas suponen sólo el 1% de las exportaciones británicas en esta materia». La petrolera británica BP, que posee casi el 20% de la petrolera rusa Rosneft, verá mermada su cuenta de resultados por las sanciones al sector del petróleo.

Polonia ha sufrido un bloqueo a su venta de frutas y verduras por parte de Rusia, que ha bloqueado sus importaciones. El Gobierno de Putin niega que se trate de una reacción a las sanciones de la UE, pero los polacos han reaccionado con humor al embargo y animan a comer manzanas «contra Putin» en defensa de los agricultores del país. Otros países fuertes en la UE como Alemania o Francia han conseguido proteger sus debilidades frente a Moscú. París mantiene la venta de los dos buques «Mistral» a Rusia porque la compra-venta de armamento se ha limitado a contratos nuevos. A pesar de las críticas de Berlín y Londres por mantener el acuerdo, Hollande se aferra a que no hay nada firmado que le impida seguir adelante. Alemania, por su parte, también ha podido frenar cualquier tentativa de atacar al sector del gas, del que depende en un 24%. Finlandia, Estonia o Lituania dependen casi exclusivamente del gas ruso.

Aunque la vía diplomática no está descartada para dar solución a esta crisis, Occidente se prepara ante una hipotética reacción rusa en el terreno militar. El Gobierno de EE UU ha presentado en el Congreso su intención de dedicar 19 millones de dólares del Fondo de Contingencia para la Seguridad Global para formar y armar a la Guardia Nacional de Ucrania el año que viene. En Europa, el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, ha tomado las riendas y ha planteado revisar las capacidades de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para que los Estados miembros cuenten con mejores herramientas para defenderse de una hipotética amenaza militar rusa. En una carta dirigida al secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen, y a los 27 miembros de la Alianza del Atlántico, el «premier» británico escribe sobre la necesidad de avanzar en medidas a largo plazo que garanticen la seguridad de los aliados y disuadan cualquier agresión rusa. Ambos anuncios aumentan la presión sobre el Kremlin, al que culpabilizan del derribo por un misil del avión malasio MH17 en el que perdieron la vida cerca de 300 civiles, por su apoyo a los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania.

Cameron quiere utilizar la cumbre de la OTAN, que tendrá lugar en Newport en un mes y medio, para acordar una política más dura contra Moscú que demuestre al Kremlin que los países miembros de la Alianza «no se dejarán intimidar». Da respuesta así a los informes críticos de algunos diputados británicos, que ponían de relieve una supuesta permisividad de la OTAN ante Moscú, y la consecuente vulnerabilidad de los países bálticos.

Rusia ha levantado la voz y acusa a la Unión Europea de haber retirado «en secreto» el embargo de armas para Ucrania. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso denuncia que los Veintiocho incumplen así sus directrices en cuanto a la exportación de armamento. Moscú pide a la UE que no siga las directrices de Estados Unidos y que vuelva a aplicar el embargo.