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Primera salida del Gobierno laborista

Dimite una ministra de Starmer por mentir sobre el robo de su móvil en 2003

La ministra de Transportes admitió un delito de falso testimonio

Louise Haigh, la ministra de Transportes dimitida ayer Kirsty WigglesworthAP

La denuncia errónea del robo de un teléfono móvil ha forzado la primera dimisión del Gobierno laborista de Keir Starmer desde que el pasado mes de julio terminara con la era de catorce años con los tories en el poder. Louise Haigh presentó ayer su renuncia como ministra de Transportes por una posible infracción del código ministerial, después de que se revelara que no declaró al Ejecutivo su condena cumplida por fraude cuando entró en el gabinete. Haigh -que este verano hizo historia convirtiéndose a sus 37 años en la primera mujer más joven en ponerse al frente de un ministerio- confesó ayer que mintió a la Policía sobre el supuesto robo de su teléfono móvil en el año 2013. Acudió en un principio a la Policía para denunciar que le habían robado el móvil y otros objetos durante un atraco, pero terminó localizando el terminal en su casa «un tiempo después», como ella misma confesó posteriormente. En 2014, se declaró culpable por el falso testimonio, como han desvelado ahora Sky News y «The Times».

La ministra saliente alegó que todo había sido un «error», porque debía haber notificado el hallazgo, y que en ningún caso buscaba sacar partido. Como la condena ya ha sido archivada, ya no figura en su expediente. Con todo, en una carta a Starmer, afirma que, al margen de los detalles del hecho en sí, entiende que «inevitablemente» puede suponer una «distracción». Starmer, que sabía de la condena antes de que fuera revelada el jueves por la prensa, aceptó su dimisión en una carta pública en la que le agradece su compromiso con la «ambiciosa agenda» del Ejecutivo en materia de transporte y le desea «lo mejor» para el futuro a su compañera, que desde 2015 ocupa un escaño en la Cámara de los Comunes. El relevo no se hizo esperar con el nombramiento de Heidi Alexander, hasta ahora secretaria de Estado de Justicia, al frente de una cartera donde tiene experiencia como responsable de Transporte en el Ayuntamiento de Londres, donde también gobierna el Partido Laborista.

La oposición conservadora aplaudió ayer la dimisión, pero apuntó críticas hacia Starmer al que piden explicaciones «en su evidente fallo de juicio a la población británica». Un portavoz de la formación tory aseguró que, en su carta de dimisión, «la ministra saliente afirma que Keir Starmer ya estaba al tanto de la condena por fraude, lo que plantea preguntas sobre por qué el primer ministro nombró a la señora Haigh para el gabinete con responsabilidad sobre un presupuesto de 30.000 millones de libras». No se trata del primer caso en el que un ministro deja su puesto por problemas aparentemente menores con la justicia. En 2012, el responsable de Energía, el conservador Chris Huhne, dimitió después de que la Fiscalía informase de que iba a ser procesado por intentar ocultar en 2003 una infracción de tráfico. Da la casualidad, que en aquel momento, el director de la Fiscalía era Keir Starmer, quien, tras una investigación policial de ocho meses, concluyó que había «suficientes evidencias como para presentar cargos penales» contra Huhne y su ex mujer por un delito de exceso de velocidad. El tory fue procesado por haber pedido a su ex pareja que aceptase por él la pérdida de puntos en el carné de conducir a fin de evitar que le fuera retirado.