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Internacional

Di Maio cede e intenta volver a formar Gobierno con la Liga

Salvini, líder de la Liga Norte, da un portazo a sus socios y reclama nuevas elecciones en otoño.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD. El líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, quiere que su partido y la Liga intenten de nuevo formar Gobierno en Italia larazon

Salvini, líder de la Liga Norte, da un portazo a sus socios y reclama nuevas elecciones en otoño.

Italia ha retorcido tanto su capacidad de improvisación, que ha terminado metiéndose en un laberinto del que nadie sabe cómo salir. Las puertas ocultas existen. Pero cuando alguien las descubre, ahí está el líder de la Liga, Matteo Salvini, para cerrarlas. Tras la jornada de pánico financiero del día anterior, a su hasta hace días socio de Gobierno, el «grillino» Luigi Di Maio, se le ocurrió la posibilidad de recuperar el pacto entre el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga. Salvini se lo pensó un par de horas y respondió: «No estamos en el mercado, al voto inmediatamente». Allí, en las urnas, cuenta con convertirse en el nuevo capo de la política italiana.

Cuando reina la incertidumbre y faltan los hechos, se entra en el terreno de las interpretaciones. E Italia, donde la especulación es deporte nacional, estos días es un hervidero. Ayer la sede del presidente de la República se volvió a convertir en lugar de peregrinación, sin que nadie informara de lo que ocurría. Acudió Carlo Cottarelli, al que le encargaron la formación de un Gobierno técnico y también Luigi Di Maio. El jefe del Estado, Sergio Mattarella, se habría dado cuenta de que era peor el remedio que la enfermedad, ante el incremento de la inestabilidad, por lo que dejó hacer al M5E.

El «grillino» se percató de la trampa en la que le estaba metiendo su compañero de travesía, que mantiene el contador electoral activo antes incluso de la ruptura del pacto, y tomó la iniciativa. Di Maio propuso que el cuestionado Paolo Savona, el ministro de Economía vetado por sus posiciones euroescépticas, continuara en el equipo de Gobierno, aunque no como titular de Finanzas. «O se va a votar inmediatamente o hacemos que arranque este Gobierno del cambio, eligiendo a otro ministro de Economía», aseguró.

Sin embargo, Salvini siguió en sus trece, asegurando que o se forma el Ejecutivo «con el equipo al completo ya acordado, posiblemente añadiendo a Giorgia Meloni [la líder del partido ultraderechista Hermanos de Italia, socio de la Liga] o habrá ganado quien dice siempre no».

La diferencia es que en este caso quien dice «no» es el propio Salvini, al que incluso desde el M5E dejan en evidencia por no aceptar esta nueva propuesta. El líder xenófobo quiso introducir un caballo de Troya en el palacio del Quirinal con el nombramiento de Savona, del que Mattarella tenía informes de que no sería bien recibido en la UE, y ahora insiste para seguir jugando la carta de que han boicoteado la decisión del pueblo. «Es lo que ocurre cuando se trata de una persona irresponsable, que prefiere el choque institucional por sacar réditos electorales», asegura el filósofo y profesor de Ciencia Política Michele Prospero.

La razón está en las encuestas, como la difundida en las últimas horas por la compañía SWG, que le otorga en estos momentos a la Liga un 27,5% de los votos, por el 17% que consiguió hace menos de tres meses en las elecciones. «La Liga se ha ido apoderando del discurso del M5E, de modo que sería la principal beneficiada del cerrojazo electoral», declara Lorenzo Pregliasco, director de la empresa de estudios Youtrend.

Como señala Pregliasco, en las pasadas elecciones «la Liga ya comenzó a ganar votos en áreas deprimidas en las que antiguamente ganaba la izquierda, sobre todo al norte del país». Un fenómeno que recuerda al voto ex comunista que obtiene Marine Le Pen en Francia. Por eso, en unos próximos comicios, la ultraderecha podría consolidar este camino sin perder tampoco al electorado conservador. «Además, la Liga jugará con dos barajas: la alianza con Berlusconi y sus socios del centro derecha o explorar de nuevo el pacto con el M5E», sostiene Pregliasco. En este caso, de igual a igual, ya que el partido de Di Maio caería por su incapacidad para encontrar alianzas.

A Salvini le interesa, por tanto, una repetición ordenada de las elecciones. «No a finales de julio, porque las fechas de vacaciones de los italianos son sagradas», dijo. Es decir, que hay que respetar el descanso, no vaya a ser que aumente la abstención. De esta forma, la Liga se estaría planteando incluso abstenerse para facilitar el Gobierno técnico liderado por el economista Carlo Cottarelli, que éste tranquilice la situación económica y volver con calma a las urnas en otoño. Los italianos, que han experimentado gobiernos de todo tipo, tienen un nombre para definir un Gabinete así: el de la «no desconfianza». Lo presidió Giulio Andreotti en 1976, al no contar con la mayoría parlamentaria suficiente. Nació como un remiendo y duró un par de años.